El tono apocalíptico y la “preocupación” con la que los responsables de Greenpeace enfocaron ayer en Sevilla el futuro de la agricultura y el turismo en Andalucía se corresponde muy poco con el enfoque que estos mismos responsables dan al sector agrario en Bruselas, donde le niegan el pan y la sal.
Es allí en la capital comunitaria donde nos gustaría ver esa “preocupación” que tiene Greenpeace con el futuro de nuestra actividad. Es allí donde nos gustaría contar con su apoyo para garantizar una PAC fuerte que permita que continuemos apostando en Andalucía por una agricultura sostenible, que hoy nos garantiza la alimentación y también el mantenimiento de nuestra biodiversidad, nuestro paisaje y nuestra cultura, evitando el despoblamiento rural.
Una vez más, los responsables de la multinacional de lo verde intentaron ayer atemorizar a toda la sociedad andaluza y especialmente a quienes vivimos del turismo y la agricultura, vaticinaron hambre, plagas, inundaciones, enfermedades…el fin del mundo. Sin embargo, estos amigos de lo verde en ningún momento destacaron los valores positivos de la actividad agraria en beneficio del medio ambiente y en la lucha contra el cambio climático, por lo que desde ASAJA-Sevilla debemos recordarles que la agricultura constituye el primer agente mundial en la lucha contra el cambio climático, la actividad agrícola potencia la captura de CO2 y la emisión de oxígeno, puesto que los cultivos agrícolas son los primeros sumideros de dióxido de carbono con los que cuenta el planeta. Además los agricultores, con su actividad, generan biomasa para la producción energética, alternativa a los combustibles fósiles, optimizan el uso del agua y el suelo produciendo alimentos sanos y de calidad, evitan la desertización y la deforestación de espacios vírgenes y ocupan el territorio contribuyendo con sus cultivos al mantenimiento de la biodiversidad y el paisaje y evitando el éxodo rural.
Desde ASAJA-Sevilla sostenemos que lo que sería realmente coherente es que los responsables de Greepeace trabajaran en positivo, aparcaran el tono apocalíptico y apoyaran a una actividad como la agraria, que tiene mayor trascendencia como actor en la lucha contra el cambio climático que como sujeto pasivo y sufridor. Estamos a tiempo de evitar el cataclismo que algunos vaticinan, pero para ello habrá que apostar decididamente por reforzar el sector agrario y todas sus políticas de apoyo, tal como recoge el propio Libro Blanco en sus propuestas de lucha contra el cambio climático (Adaptación al cambio climático: hacia un marco europeo de actuación) y que Greenpeace parece ignorar en el ejercicio de cinismo e hipocresía al que nos tiene acostumbrados.
Tal y como la comisaria de Agricultura y Medio Rural de la Unión Europea, Mariam Fischer, ha propuesto para sus funcionarios, sería muy conveniente que, aprovechando su estancia en nuestra ciudad, los responsables de Greenpeace se dieran una vuelta por los pueblos y los campos de cultivo de Andalucía para conocer de primera mano las aportaciones de esta actividad sostenible a la economía rural, a la mejora de la situación medioambiental y de la biodiversidad.
ASAJA Sevilla
Los srs. de Greenpeace están ocupados en promover su franquicia ecologista para satisfacer al hombre-hormigón y a la mujer-asfalto de sus «preocupaciones» por salvar el mundo. ¿Quién es ASAJA para hablar contra lo que es políticamente correcto?
Los agricultores actuarán según los estrictos controles de Bruselas que por eso hay elecciones. Hay que crear más normativa restrictiva basada en la sostenibilidad (¡qué gilipollez!) y Greenpeace es su profeta. Aaaaaaaamen!