ASAJA solicita que se autorice la quema controlada de rastrojo de maíz

Los vientos huracanados de primeros de año tiraron al suelo muchas plantas cuyas mazorcas no recogen las cosechadoras y nacen en primavera perjudicando la producción de la próxima cosecha. La forma de eliminar este problema es quemar la paja de maíz y recoger a mano las mazorcas, que en muchas parcelas llegan a representar más del 20 por ciento de la cosecha.

Por tanto, la conveniencia de quemar el rastrojo de maíz viene por la necesidad de eliminar la abundante paja para hacer las labores para la nueva siembra y por la necesidad de recoger las mazorcas caídas para que la semilla –que no es híbrida y por tanto no es productiva- no nazca en la próxima campaña.

La quema controlada de rastrojos, y particularmente de maíz, es una labor agronómica que se ha practicado en nuestra provincia hasta fechas recientes en las que la política agrícola común la ha hecho incompatible con la percepción de las ayudas.

La consejería de Medio Ambiente autoriza las quemas cuando se hace de forma controlada y siguiendo las directrices marcadas. La mayoría de los países del mundo que exportan maíz y otros cereales a España y resto de Europa, utilizan sin limitación alguna la práctica agronómica de quema de rastrojos.

ASAJA considera que un año como este, en el que se dan las circunstancias antes descritas, y donde hay que ahorrar costes para evitar más pérdidas de las ya acumuladas por la mala cosecha y los bajos precios, la quema de rastrojos sería muy bien acogida por el sector y no perjudicaría el medio ambiente. En la decisión de la Junta se verá la sensibilidad para entender y responder a un problema específico de la agricultura leonesa.

ASAJA

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