«Los países afectados por los brotes registrados hace meses consiguieron mantener bajo control la enfermedad pero los nuevos brotes demuestran claramente que el virus continua circulando por la región y que pueden darse nuevos casos en el futuro», añadió. «Esto supone una amenaza continua para la salud humana».
«Los gobiernos, al diseñar sus estrategias de control, necesitan reconocer que el virus continuará circulando y que virus diferentes pueden introducirse en la cadena. La erradicación del virus de la influenza aviar es, en el mejor de los casos una tarea de larga duración», dijo.
Aves silvestres
«Es bastante improbable esperar que el virus pueda ser erradicado en breve tiempo. El desafío es gestionar el riesgo que el virus supone para la productividad animal y para la salud humana. La presencia de cadenas altamente patógenas del virus en las aves salvajes hace que el control de la enfermedad sea particularmente complejo y difícil», explico Domenech.
La buena noticia es que los gobiernos han reaccionado inmediatamente ante los nuevos brotes y han informado oficialmente a las organizaciones internacionales. Esto demuestra que los sistemas de vigilancia nacionales están funcionando, dijo la agencia ONU para la agricultura y la alimentación.
La FAO advirtió, sin embargo, que la vigilancia y la reacción inmediata a los brotes necesita ser reforzada y aplicada en todos los países de la región. «En algunos países no se conoce con precisión el alcance de la infección y esto es urgente que se investigue», dijo Domenech.
La solución no es fácil
«Los países deberían aplicar medidas de control y vigilancia a nivel nacional y deberían incluir la lucha contra la influenza aviar entre sus objetivos a largo plazo. No se trata de un problema de fácil solución, reconoció el especialista de la FAO.
Las claves para una buena estrategia de control están en la vigilancia de todos los sistemas de producción, en el fortalecimiento de la bioseguridad (precauciones para evitar el contagio de enfermedades infecciosas) de las empresas comerciales y de la respuesta inmediata a los brotes con medidas como la eliminación de las aves afectadas, la desinfección, la restricción del tráfico de bienes y de animales, y campañas de concienciación. La vacunación, seleccionada y bajo estricto control, puede ser una opción complementaria.
El restablecimiento de la producción avícola sólo será posible después de haber aplicado las medidas necesarias para garantizar que no se producirá un rebrote.
La FAO dice que los países han mejorado sus metodologías de recolección de datos desde que estalló la epidemia.
Mediante numerosos proyectos nacionales y regionales, la FAO sigue de cerca la situación y ayuda a los países a mejorar sus sistemas de vigilancia y de notificación de nuevos brotes.
Asimismo, con el apoyo de la FAO, se están creando redes regionales y subregionales para aproximar a laboratorios nacionales y a equipos de vigilancia con el fin de mejorar la calidad de los diagnósticos y de la recolección de datos.
En la actualidad, según indican los datos epidemiológicos existentes, el virus todavía está presente en Camboya, China, Indonesia, Tailandia y Viet Nam, lo que significa una amenaza potencial de rebrotes ya que los sistemas de producción avícola han retomado sus actividades con aves vulnerables al virus.
FAO