Un estudio de Medio Ambiente sitúa a Caso y Sobrescobio entre los concejos de Asturias con más árboles, y detecta que está infrautilizada al no rentabilizar su potencial maderero.
La riqueza forestal de las Cuencas está desaprovechada. Así lo constata el tercer inventario forestal del Principado de Asturias, elaborado por el Ministerio de Medio Ambiente, que sitúa a los concejos del alto Nalón -Caso y Sobrescobio- entre los veinte municipios de la región con más superficie forestal arbolada, en torno a tres hectáreas por habitante. Pese a ello, las estadísticas de este informe confirman que el valor del monte está infrautilizado desde el punto de vista productivo, al apenas obtener rentabilidad de la madera, los pastos y su riqueza cinegética, entre otros usos.
Según la radiografía de este inventario, Caso y Sobrescobio tienen un potencial ambiental similar al de los concejos del oeste asturiano, como Illano, Pesoz, Villanueva de Oscos, Taramundi o San Tirso de Abres, entre otros. Las conclusiones de este informe coinciden con los resultados de un estudio que elaboró la Cámara de Comercio de Oviedo, que constata que la explotación de la madera, los deportes náuticos, la caza y la pesca potenciarían la economía del alto Nalón incluso sin dañar el medio ambiente del parque natural de Redes. Según ese informe de la Cámara, la explotación sostenible de los recursos naturales del alto Nalón generaría una rentabilidad mínima anual de 32 millones de euros.
La radiografía no es exclusiva de Caso y Sobrescobio. El inventario del Ministerio hace un diagnóstico de toda la región y reconoce que otros concejos de las comarcas mineras, como Lena y Aller, destacan también por su riqueza forestal. Según el estudio del Ministerio, estos municipios no alcanzan los buenos resultados del alto Nalón, pero sí disponen de un potencial adecuado que como en el resto de los casos está desaprovechado. Por ejemplo, Lena y Aller tienen entre una y dos hectáreas de superficie forestal arbolada por habitante, mientras que el resto de los municipios de los valles mineros rondan entre las 0,5 y una hectáreas por habitante.
El inventario del Ministerio destaca tres indicadores que demuestran el escaso aprovechamiento que se está haciendo del bosque. La situación es generalizada en toda Asturias, pero es más notoria en el caso de las Cuencas. El estudio demuestra que en el 92 por ciento de la región, principalmente en los valles mineros, no se están obteniendo productos maderables ni realizando cortas de vegetación para favorecer la accesibilidad a los montes y para mejorar la población arbórea. Este indicador, que en el argot técnico se conoce con el nombre de tratamiento cultural del vuelo, es además un mecanismo de defensa contra los incendios.
El segundo indicador técnico que recoge el inventario son los trabajos para la preparación del suelo. Con esta terminología se identifica a aquellos mecanismos que permiten comprobar si se está actuando sobre el suelo para favorecer la regeneración, ya sea mediante sistemas artificiales o naturales. En el 96 por ciento de los casos no se aprecian trabajos de preparación del suelo, situación que se agrava en las comarcas mineras. La tercera unidad de medida es la corta de regeneración. Según el inventario de Medio Ambiente, este factor indica si se está interviniendo en el bosque para aprovechar la biomasa y para favorecer la persistencia de los sistemas forestales arbóreos. Tampoco es característico en los valles mineros.
Precisamente, las Cuencas destacan por disponer del potencial forestal de principal valor desde el punto de vista productivo: el arbolado. Sus aplicaciones pueden ser diversas, desde el aprovechamiento maderero hasta el energético, utilizando los residuos de las cortas para biomasa. Los expertos explican en parte el escaso aprovechamiento de la riqueza forestal en la falta de organización del monte, que en la mayoría de los casos se gestiona a través de la Administración pero sin la creación de convenios ni consorcios. El inventario del Ministerio hace también un diagnóstico de la infraestructura viaria para acceder a los montes, que es particularmente escasa en las Cuencas. La mayoría de los expertos apuesta por crear una red adecuada de pistas, sin que rompa la estética de los montes. El propio estudio reconoce que la red viaria facilita la accesibilidad a los sistemas forestales, para la extracción de los productos, para la protección contra los incendios y también para los visitantes
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