La aplicación de la Directiva 91/414 dejará en breve a los arroceros sin casi alternativas para la lucha contra las malas hierbas y algunos patógenos –como el pulgón- pero especialmente contra las dos principales plagas: el ‘cucat’ y la ‘pyricularia’, que podrían reducir la producción en las zonas afectadas a cero. En el primer caso, la consellería ha venido ampliando la aplicación de técnicas biológicas (no químicas) hasta el punto de que el control del insecto se realiza hoy íntegramente con técnicas de confusión sexual (feromonas).
No obstante, en ocasiones, se observan focos para los que sería indispensable dejar alguna materia para su uso ocasional. Por ello AVA-ASAJA reclama que se ofrezca una alternativa, para lo cual será necesario que la Administración colabore con la industria fitosanitaria y con el sector en la realización de ensayos y pruebas.
En cuanto a la ‘pyricularia’, de las cuatro materias activas hoy existentes, dos no podrán usarse en la próxima campaña y la tercera desaparecerá en 2011. Al dejar un único fungicida, la repetición de tratamientos provocaría que a medio plazo se den resistencias. Por este motivo AVA-ASAJA reclama que, como en otros Estados miembro, se reconozca una quinta sustancia activa que ahora se usa en otros culivos.
Por otro lado, los tratamientos que se realizan contra este hongo son aéreos, con helicópteros que vuelan a muy baja altura para evitar la deriva, dosis muy controladas y en dos únicas pasadas anuales (julio y agosto) para tirar producto a concentraciones bajas. La nueva directiva prohíbe las fumigaciones aéreas salvo en circunstancias excepcionales, que AVA-ASAJA cree que se cumplen en este caso.
“Los arroceros ya trabajan con muchas limitaciones por cultivar en el seno de un parque natural y sólo falta que, además, se queden sin materias activas contra plagas y enfermedades y se limite aún más el uso de las que queden”, advierte Aguado, quien concluye que de ser así “se daría el efecto contrario al pretendido porque el ecosistema depende del mantenimiento de los arrozales”.
En última instancia AVA-ASAJA muestra su preocupación por el escaso margen de reacción que tendría el sector si se introdujera un nuevo patógeno, como el que ya se ha detectado en algunos arrozales españoles con los ‘quironómidos’ (gusanos rojos y blancos) frente a los que de momento no hay solución.
AVA-ASAJA