Aguado describió un panorama marcado por la crisis alimentaria, la caída de la población agraria, el incremento demográfico mundial y la tendencia irrefrenable impuesta por Bruselas dirigida a eliminar materias activas válidas en la lucha contra muchas plagas. “En 15 ó 20 años habrán 3.000 millones más de personas en este planeta por lo que, con menos tierras estamos obligados a producir más y a hacerlo protegiendo nuestras verduras de los insectos o enfermedades sin muchos de los fitosanitarios que antes disponíamos. Por ello, no podemos dar la espalda a los transgénicos, que también son fruto de mutaciones genéticas como las variedades que ahora tenemos, aunque obtenidas de forma no natural, sino forzada”, advierte Aguado quien cloncluye que “sólo necesitamos que estén bien testadas para poder recurrir a ellas”.
De igual manera, Aguado ha aprovechado para anunciar el inicio de contactos con la Conselleria de Medio Ambiente para que, antes de aplicar el Plan de Protección de la Huerta de Valencia, se priorice la aprobación de un pacto que garantice la viabilidad de las explotaciones agrarias que dan sentido al paisaje que ahora se quiere proteger. “No nos negamos a que la huerta se preserve, pero su protagonista es el agricultor y antes que mirar por la defensa de la estética de este entorno hay que asegurarse que el horticultor puede vivir de sus tierras”, advierte el presidente de AVA-ASAJA.
La jornada celebrada en el centro experimental de la Fundación Ruralcaja en Paiporta ha permitido conocer, en boca de su director, Carlos Baixauli, las últimas novedades en hortícolas, sistemas de riego y fertirrigación así como producción en invernadero en las que trabaja este centro. Alberto Urbaneja, del IVIA, ha ilustrado a los asistentes sobre los sistemas de lucha biológica contra las plagas, un método que va a más por las mencionadas limitaciones en el recurso a los tratamientos químicos y por las propias exigencias de la gran distribución.
Especialmente interesante ha resultado la ponencia de Jaime Cebolla, del departamento de Biotecnología de la Escuela de Ingenieros Agrónomos de la UPV, quien ha expuesto el proyecto que vienen desarrollando para habilitar un banco de germoplasma con variedades hortícolas tradicionales que ahora han caído en desuso. El banco ya dispone de 7.000 referencias hortícolas que podrían recuperarse y el investigador ha instado a los horticultores valencianos a que colaboren con el proyecto aportando nuevos materiales.
ASAJA