Por el contrario, en el conjunto del país y en idéntico plazo de tiempo se ha registrado una leve recuperación de las ventas de estos vehículos de casi el 2%. “La subida de todos los costes de producción no se puede repercutir en los precios en origen, por lo que el agricultor está sufriendo un proceso cada vez más rápido de descapitalización que le obliga a recortar gastos, en este caso de maquinaria”, explica el presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado.
Efectivamente, las estadísticas evidencian también que la reducción de la inversión de los productores valencianos en este tipo de vehículos –claves para mejorar la productividad- se está acelerando. Si la caída de compras durante los cinco primeros meses de 2007 era del 22,42% (de 446 tractores adquiridos de enero a mayo de 2006 se pasó a 346 en el mismo plazo del siguiente año), como se ha dicho, el descenso registrado en este ejercicio casi duplica al del anterior (con sólo 269 tractores comprados, un 40% menos).
“Alguien tendrá que reflexionar qué está pasando en la agricultura valenciana, puesto que la caída de este tipo de inversión se da especialmente en la Comunitat, en las zonas hortofrutícolas” y no tanto en las cerealistas, afirma Aguado. De hecho, las compras de tractores en el conjunto de España se han recuperado este año tras sufrir un leve descenso durante el pasado ejercicio (6.468 tractores vendidos en 2006; 6.087, en 2007 y 6.589 en 2008).
La Comunitat Valenciana tiene un parque de 64.607 tractores de los que sólo están en uso 54.331. De esta cantidad se sabe que alrededor de 16.000 unidades tienen más de 20 años de antigüedad. El envejecimiento de esta flota es causa fundamental de la inseguridad e influye, por tanto, en muchos de los accidentes laborales que se producen en el campo. De ahí que tanto la Administración central como la autonómica contribuyan desde hace años con un ‘plan renove’ para facilitar la financiación de nuevos tractores y al achatarramiento de los antiguos. Pese a todo, en 2007 sólo se produjeron 120 solicitudes de ayudas y ni siquiera se llegó a cubrir el presupuesto autonómico asignado para tal fin.
“Pese a ofrecerse facilidades, el agricultor se está viendo superado por unos precios en origen que muchas veces no cubren los disparatados incrementos de los precios de los fertilizantes, los plásticos de los invernaderos, el gasoil, los piensos… y sólo puede pensar en salvar el día a día”, explica Aguado. Por este motivo, el presidente de AVA-ASAJA reclama a la Administración medidas que sirvan para garantizar una rentabilidad digna y aliviar el disparatado incremento de los gastos de producción “porque cuando se preocupa sólo por subsistir es imposible pensar en modernizarse y aumentar la productividad”.
AVA-ASAJA