“El sector, pese a todo, camina a ciegas, con problemas crecientes en materia de plagas y sin alternativas frente a las multinacionales de fitosanitarios, ignorando qué experiencias existen en las otras zonas productoras por lo que antes de que nos desborden los problemas es el momento de organizarnos y planificar el seguro despegue que el caqui va a tener en los próximos años”, advierte el presidente de esta organización, Cristóbal Aguado.
Si bien hoy la producción de caquis se sitúa en alrededor de 50.000 toneladas, AVA-ASAJA augura que ésta aumentará exponencialmente porque la crisis citrícola incentivará la reconversión hacia este cultivo. Ha sido este factor, junto al buen hacer de la Denominación de Origen Kaki Ribera del Xúquer, el que ha propiciado hasta el momento su rápido crecimiento en esta comarca. “Antes de que se dispare la producción es necesario conocer el mercado, abordar misiones para explorar cuál es la situación y alternativas de otros productores como EEUU, Japón, Brasil, China, India o Israel y el agricultor no puede seguir estando alejado de todo ello”, matiza Aguado.
En este sentido, AVA-ASAJA lamenta la desinformación generada al respecto del hongo que irrumpió el pasado verano en multitud de plantaciones y que provocó una caída masiva de frutos. Medio año después, los servicios técnicos de la Conselleria de Agricultura se han decidido a informar a los productores sobre la identificación del patógeno, llamado ‘Mycosphaerella Nawai’ y sobre las alternativas existentes para combatirlo. Pese a todo, este verano como el anterior, se repetirán las importantes mermas en la producción porque los primeros tratamientos para evitar su expansión no se podrán dar hasta el próximo otoño. “Si es cierto que el hongo ya se detectó en Korea, ¿por qué, al igual que ocurre con los cítricos para los que Valencia siempre está abierta a las visitas de otros, no se ha organizado ya una misión para conocer la plaga?”, se cuestiona el presidente de la organización de productores.
AVA-ASAJA advierte, además, que los problemas fitosanitarios que ya sufre el caqui se intensificarán de forma paralela al aumento de la superficie. Una amenaza que, dado el desinterés de los grandes laboratorios por este cultivo aún ‘menor’, se agravará más si cabe por la falta de fitosanitarios o de alternativas de lucha biológica viables. “La interprofesional podría ser el medio para incentivar la investigación, por ejemplo en nuevas variedades y pies, para facilitar la interlocución con empresas de fitosanitarios y para sentar las bases de la futura comercialización”, concluye Aguado.
AVA-ASAJA