Marruecos ha reclamado a Bruselas las mismas concesiones dadas en 2008 a Egipto con las naranjas, lo que supondría eliminar el contingente (tonelaje máximo) y mantener el precio de entrada (cotización mínima). La comisaria de Agricultura, Mariann Fischer, alegó a este respecto que las cotizaciones de naranjas marroquíes habían evolucionado al alza, por encima de los precios de entrada y situándose en el entorno de las españolas por lo que dedujo que no suponían ninguna amenaza. Además de cuestionar la veracidad de los precios medios dados por la CE y de denunciar lo fácil que es manipular los precios de entrada, AVA-ASAJA advierte en este sentido que si la producción del reino aluita no crece ni ocupa mayores cuotas en la UE es –entre otros motivos- porque las bajas cotizaciones europeas invitan a colocar sus naranjas, bien en su mercado doméstico bien en países terceros, como Rusia.
De cualquier manera, la organización agraria recuerda que la irrupción de las naranjas marroquíes es usada comúnmente por la gran distribución para presionar los precios a la baja. Junto a ello, conviene no olvidar que se trata de un producto con problemas de saturación y que en toda la cuenca mediterránea la naranja ha pasado de una producción de menos de 5 millones de toneladas en 1985 a otra de 6,6 millones.
Para AVA-ASAJA, Bruselas debería tener en cuenta de cara al proceso de negociación que Marruecos está vulnerando el aún vigente Acuerdo de Asociación y provocando graves distorsiones en el mercado. Un hecho que es manifiesto en el caso del tomate pero que podría ser habitual en el de las naranjas si es que se modifican las actuales condiciones de entrada a la UE.
AVA-ASAJA solicita además a Bruselas que se no realicen más concesiones, especialmente en cultivos declarados ‘sensibles’ así como en otros ahora desposeídos de tal consideración como la propia naranja, el pimiento, el melón o la sandía. Rechaza igualmente la pretensión alauí de distribuir los contingentes asignados a Marruecos por trimestres en lugar de mensualmente, pues esta flexibilidad facilitaría en determinados momentos críticos el hundimiento de precios en el mercado europeo. Y en idéntico sentido reclama que se exijan a las importaciones marroquís las mismas condiciones fitosanitarias y de calidad que a las españolas.
AVA-ASAJA