Sin embargo, según informa la organización agraria, esta acción delictiva se está generalizando «de forma alarmante» en todas las zonas del regadío valenciano. Y prueba de ello, es el gran incremento del precio de las pólizas del seguro, que incluso han llegado a subir hasta el 100% por la alta siniestralidad, cuando no son rechazadas, directamente, por las compañías aseguradoras. Los robos en las casetas de riego y pozos han provocado, además, anulaciones de pólizas, imposición de franquicias elevadas, o la exclusión directa a asegurar determinados objetos, como placas solares o bombas sumergidas, por parte de las compañías aseguradoras.
«Resulta inaudita la facilidad e impunidad con la que actúan estos delincuentes, cuyos robos obligan a los agricultores, y más en esta época, a realizar nuevas y costosas inversiones de forma rápida porque el riego es fundamental», critica el presidente de AVA, Cristóbal Aguado, quien exige, por parte de la Administración, un incremento de la vigilancia en los campos e investigación de estos delitos «porque los derechos y la propiedad privada de los agricultores está siendo desprotegida con demasiada ligereza».
AVA denuncia también que se ha creado un mercado de productos robados, que se venden a precios inferiores, con lo que distorsionan el mercado, hecho que la organización exige que se debería investigar. Además plantea, como medida disuasoria, que los programadores de riego lleven algún tipo de código identificativo, como ocurre en los móviles, que determine su propietario legítimo. Ello permitiría su localización a las fuerzas de seguridad.
Así mismo, la organización agraria se mostró muy crítica con los últimos datos sobre la bajada en un 2,3% de la delincuencia en zonas rurales españolas, según la Memoria de la Fiscalía General del Estado correspondiente a 2002, presentada el martes pasado. «Pensamos que estos datos no se ajustan a la realidad, al menos en el sector agrario, pues los robos se siguen dando, y prueba de ello es el aumento de los precios de las pólizas del seguro», afirmó Aguado, para quien «la desconfianza de los agricultores en la investigación de estos hechos, junto a las ridículas indemnizaciones llevan a muchos de ellos a no denunciar».
AVA