A estos fríos hay que sumar los ya acontecidos durante la segunda quincena del mes de enero en las principales zonas citrícolas del Mediterráneo oriental, en Turquía, Grecia e Israel. El presidente de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA), Cristóbal Aguado, confía en que “esta triste noticia sirva al menos para recuperar los alicaídos precios del mercado europeo en tanto Italia es uno de los principales consumidores hortofrutícolas del continente”.
Según los informes recabados por AVA-ASAJA, las heladas de mediados de febrero en el país transalpino causaron un daño irreparable tanto al fruto como a las brotaciones citrícolas y ‘quemaron’ también una considerable porción de la cosecha de las hortalizas de superficie y de invernadero italianas. En el caso de las naranjas y, sobre todo, de las mandarinas pero también de la fruta de verano, la brusca y prolongada caída de las temperaturas afectó en sobremanera a los árboles que estaban floreciendo con lo que se menguará de forma importante también la producción de la próxima temporada, que seguro se retrasará algunas semanas.
Italia importó en 2007 casi 175 millones de euros de hortalizas y legumbres españolas (sólo 18,5 procedentes de la Comunitat), lo que la situó como el quinto mercado en importancia a nivel nacional, pero el séptimo para el sector valenciano. En cítricos, Italia, que es el segundo máximo productor europeo, importó a España por valor de 115 millones de euros durante el año pasado, lo que le sitúa como la sexta plaza más importante. El país transalpino, de hecho y según las previsiones del CLAM, esperaba exportar esta temporada casi 200.000 toneladas de cítricos.
“Tan importante como el vacío causado por el género italiano en los mercados europeos es el hueco que se ha abierto en su mercado interior, que destaca por su alto nivel de consumo de frutas y verduras”, explica.
AVA-ASAJA