El campo valenciano sufre por cuarto año consecutivo una dramática sequía que ya ha empezado a causar graves daños en frutas y hortalizas e, incluso, pone en peligro el arbolado y la plantación de muchos cultivos de primavera. Ante tal déficit hídrico, la Asociación Valenciana de Agricul-tores (AVA-ASAJA) exige a las administraciones una ley extraordinaria que garantice una rentabilidad digna a los productores valencianos, indemnizando por no utilizar el agua suficiente para cultivar y disponer agua tan sólo para asegurar la subsistencia de los árboles.
“Una alternativa ante la sequía que padecemos puede pasar por garantizar agua suficiente sólo a una parte del arbolado, con el fin de buscar la máxima calidad del fruto, y restringir el riego a la mínima expresión en otra parte del arbolado para la pura subsistencia, renunciando a la producción habitual en estos árboles, siempre y cuando se aprueben indemnizaciones dignas al productor en este caso”, propone el presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado.
Las altas temperaturas y la escasez de precipitaciones en lo que llevamos de año, sumado a los escasos caudales que bajan del Júcar y Turia, han alarmado a muchos agricultores valencianos. En comarcas como La Ribera, L’Horta y La Hoya de Buñol los niveles freáticos de los pozos de riego han empezado a descender de manera preocupante. En la zona de Cheste y Chiva, el nivel de los pozos ha bajado 60 metros en los últimos ocho años. Y la falta de riegos con aguas superficiales ya ha causado pérdida de calidad en la cosecha de naranjas Valencia que queda por recolectar, así como defoliación y estrés hídrico en los árboles que no han aprovechado óptimamente los tratamientos por la insuficiente humedad del terreno.
En La Ribera, citricultores de Antella y Gavarda no pueden esperar más el primer riego del año. Ante la falta de lluvias, si los naranjos han podido sobrevivir ha sido porque los agricultores los han regado con cubas de agua. Además, no se pueden servir de los pozos de emergencia que se hallan en la zona, abandonados por las administraciones y sin las instalaciones necesarias. Por ello, Aguado reclama a las administraciones que “pongan en marcha todos los pozos de emergencia cuanto antes”.
En otros municipios de la Acequia Real del Júcar, como Alginet, Benifaió, Almussafes, Picassent o Silla, también se aprecian daños en hortalizas -como las patatas, cebollas y pimientos- que necesitan el último riego antes de la recolección. Además, la escasez de recursos hídricos ha retrasado las plantaciones de sandía en la zona, lo que derivará en un solapamiento de la oferta en los próximos meses.
En el Vall dels Alcalans, los regantes temen que vuelva a repetirse la crisis del año 2000, cuando los pozos se secaron en verano y los agricultores lograron salvar los naranjos transportando cubas de agua. Sin embargo, “habrá regantes de la parte alta de La Ribera que ya no gastarán lo que no tienen para cubas y dejarán perder sus campos de manera definitiva”, lamenta Aguado.
AVA