Nota Remitida por AVA:
Así, con respecto a Brasil, el informe puntualiza que las inspecciones realizadas en campo para controlar la presencia de plagas son inadecuadas “al estar los expertos técnicos pagados por el productor y delegar la mayoría de sus inspecciones a los empleados de las explotaciones, lo que levanta sospechas sobre la validez de estas inspecciones, dado el riesgo de conflicto de intereses y la carencia de requerimientos específicos”, entre otras deficiencias, a lo que se une “el bajísimo nivel de auditoría de la Secretaría de Agricultura”, de aproximadamente un 1%, sobre el trabajo de los Expertos Técnicos, por lo que “estas inspecciones no se pueden considerar oficiales”.
Además, el texto indica que sólo se excluyen de exportación los campos donde se han detectado síntomas de Gignardia citricarpa, aunque se hallen situados en una zona oficialmente afectada por la enfermedad, lo que contradice las exigencias comunitarias para las que “ningún síntoma de Gignardia citricarpa se debería observar en el lugar de producción desde el comienzo del último ciclo vegetativo”. Así, según los inspectores, el sistema de vigilancia fitosanitaria de Brasil “necesita ser revisado”.
En cuanto a Argentina, el texto señala que “el equipo se dio cuenta de que la supervisión en el campo de trabajo está principalmente concentrada en los temas administrativos, más que en la calidad de las inspecciones sanitarias. Esto podría dificultar la detección de cualquier problema en dichas inspecciones”. Este hecho, junto a la “peculiar estructura de los campos”, significa que “las condiciones son favorables a la dispersión de mancha negra y cancrosis”.
Por otro lado, según menciona el informe “los envíos analizados son expedidos a la UE independientemente del resultado del análisis. En particular, los envíos analizados (…) fueron exportados antes de que se conocieran los resultados”. Ésta y otras deficiencias han hecho que los inspectores concluyan su informe afirmando que el sistema fitosanitario argentino “necesita mejorarse y revisarse, especialmente en lo referente al régimen de pruebas y al control en el lugar de producción”.
Ante la “evidencia” de la carencia en el control fitosanitario de las importaciones citrícolas procedentes de Brasil y Argentina, el presidente de AVA, Cristóbal Aguado, ha afirmado que “finalmente se ha dado la razón a las reiteradas denuncias efectuadas por nuestra organización durante varios años, por lo que exigimos coherencia con los resultados de sus propios informes y el endurecimiento de las medidas de control sobre los cargamentos de estos países”.
AVA