Y es que, pese a las recientes aperturas a los cítricos españoles de China, Taiwán, Hong Kong o Corea del Sur, las exportaciones a todo el continente asiático se han estabilizado en no más de 5.000 toneladas. Por su parte, las ventas a EEUU se han hundido también este año por la revalorización del euro frente al dólar y por la recuperación de la citricultura local de las heladas que sufrieron en 2007, lo que ha supuesto que este mercado ceda al país ex comunista la condición de primer destino citrícola no comunitario, con casi 50.000 Tn colocadas esta campaña.
Por todo ello, el presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado, reclama al Gobierno que “resuelva el conflicto surgido con el protocolo suscrito por Bruselas, que impone límites de residuos (LMR’s) que harían imposible exportar cítricos a Rusia la temporada próxima”. Efectivamente, la Federación Rusa ha establecido LMR’s mucho más bajos que los que recientemente se armonizaron en la UE en hasta 12 materias activas de uso común en la citricultura y sin alternativas viables. De igual manera, Aguado insta al Instituto Valenciano de la Exportación (IVEX) y a la Agencia de Exportación de Productos Agrarios prometida por el jefe del Consell, Francisco Camps pero aún en ciernes a que “de la mano del Instituto de Comercio Exterior (ICEX) “se vuelquen en dar facilidades para la exportación a Rusia y Europa del Este y preparen un plan de promoción en aquel país”.
“La apertura de nuevos mercados asiáticos para los cítricos, además de ser muy cara, no es la panacea porque se trata de mercados muy lejanos, con graves problemas logísticos y donde EEUU tiene el plácet comercial”, advierte Aguado. De hecho, sólo en la pasada temporada y debido al hueco dejado por EEUU a causa de las fuertes heladas de California, España logró exportar a toda Asia 14.629 toneladas de cítricos. Y es que, pese al trabajo de negociar los correspondientes protocolos fitosanitarios con cada uno de estos países y el importante coste las estancias de las visitas de sus inspectores –que preparan primero el acuerdo con visitas a campos, almacenes, administraciones… y que tienen que revisar posteriormente los envíos en origen, todo a gastos pagados- las cifras alcanzadas en tales mercados sólo han sido anecdóticas y en absoluto se han correspondido con las expectativas levantadas por la Administración central.
El caso de China es especialmente paradigmático. Cuando se anunció su apertura, el Gobierno estimó que en diez años el sector citrícola podría colocar más de 400.000 toneladas. Lo cierto es que en estas dos campañas los envíos no han pasado de ser testimoniales, con 46 y 64 toneladas. El caso de Taiwán no es menos lacerante: tras 4 años negociando el protocolo en su primer año de apertura –el presente- no se ha realizado ningún envío aún.
El potencial de Rusia como plaza donde volcar los esfuerzos para diversificar el principal mercado citrícola español –que es y será la UE- es grande. De hecho, entre la temporada 2000/01 y la 2002/03 las cifras de venta de cítricos siempre superaron holgadamente las 50.000 toneladas, si bien la inmensa mayoría de éstas eran de limones y no tanto de naranjas o mandarinas. El país ex soviético aumenta cada año sus compras de frutas y verduras en más de un 40% y su consumo en cítricos es aún 10 veces menor al español, no llegando a los 2,6 kg/habitante/año.
AVA-ASAJA