Tal petición fue realizada la pasada semana por la ejecutiva de esta asociación, que viajó a Bruselas para entrevistarse con miembros de la Dirección General de Sanidad y Consumo (DG Sanco) de la CE, con diversos eurodiputados y con representantes del Comité de Representación Permanente para expresar su oposición a la propuesta que revisa la legislación comunitaria en materia de fitosanitarios así como su preocupación por los términos del memorándum suscrito entre la UE y Rusia, cuyos términos harán imposible exportar cítricos a aquel país.
“Bruselas va a complicar aún más si cabe el proceso de licencias para los plaguicidas y las multinacionales de fitosanitarios sólo se preocupan por mantener los insecticidas comercialmente más interesantes, por lo que ahora más que nunca será necesario defender los insecticidas que –pese a no ser tan rentables- son estratégicos para la agricultura mediterránea”, explica el presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado. El centro propuesto se encargaría pues de preparar los complejos y costosos informes toxicológicos que reclaman las autoridades europeas para renovar las autorizaciones de aquellas sustancias activas que, pese a demostrar su eficacia, rechacen defender ante la UE las compañías del sector.
De igual manera, AVA-ASAJA planteó a la CE la conveniencia de aprobar incentivos económicos para el fomento de los ‘task force’, esto es, grupos de empresas fitosanitarias que trabajan conjuntamente para compartir los gastos vinculados a la obtención de tales autorizaciones. Sendas propuestas serían especialmente oportunas para defender cultivos ‘menores’ a nivel europeo pero de gran trascendencia en la Comunitat –como el caqui, la chufa y muchas hortalizas- que vienen sufriendo ya grandes limitaciones en la oferta de fitosanitarios permitida y que en breve podrían verse privados de los pocos productos clave que les quedan.
AVA-ASAJA transmitió a la DG Sanco la actitud “irresponsable” y la “insensibilidad” demostrada por las autoridades europeas, que podrían aprobar en breve una regulación que implica la eliminación a medio plazo del 80% de los plaguicidas hoy existentes, lo que supondría una reducción de la cosecha hortofrutícola de entre el 30 y el 40%. En idénticos términos, la delegación de esta asociación expresó su “malestar” por los términos en los que está redactado el memorándum hortofrutícola suscrito el 28 de marzo entre la CE y la Federación de Rusia, que propone sin aplicar criterio técnico alguno unos Límites Máximos de Residuos (LMR’s) para las sustancias activas más usadas en la citricultura que harían imposible la exportación a aquel mercado la próxima campaña.
AVA-ASAJA
Las restricciones que llegan de Bruselas en materia fitosanitaria se articulan en torno al conceto de que los agricultores los usamos mal con riesgo para la salud de los consumidores. Los ecologistas siguen mareando la perdiz.
Lo cierto es que no se citan ingresos hospitalarios por intoxicación tras consumo de productos naturales, ni muertes. Si ocurriera, el rastro de la trazabilidad encontraría responsable, si es que ésta sirve para algo. «Ante el riesgo de matarnos unos a otros, se prohibe el uso del cuchillo, la lejía y el martillo».