El vocal de esta asociación, Justo Panach, se interesó por este asunto antes de que se produjera el pasado 11 de mayo la visita de la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, a la empresa Tigernuts, en Níger. “Con conocimiento de causa, nos ratificamos pues en la denuncia que realizamos el pasado día 12 cuando acusamos al Ejecutivo central de apoyar la competencia desleal que practican los empresarios, sean valencianos o no, que acuden a África para producir chufa que después se transforma en horchata elaborada en Valencia”, explica el presidente de esta asociación, Cristóbal Aguado
AVA-ASAJA reitera que, como ya denunció el pasado lunes, centenares de toneladas de las chufas producidas en Níger son adquiridas por un operador valenciano que, tras realizar una segunda selección, limpieza y secado, las comercializa para que otros hagan la horchata. Por todo lo cual, Panach se volvió a dirigir al consejo el pasado día 13 de mayo para transmitir la “indignación” de esta organización en tanto la horchata elaborada con el tubérculo africano “se produce y consume en la Comunidad” –reza el escrito- y además se comercializa “usando juegos de palabras e imágenes” en las que se indica que tal horchata es valenciana. Circunstancia que, además, resulta si cabe más grave cuando el citado importador es miembro del propio consejo regulador de la DO ‘Chufa de Valencia’.
En tales circunstancias, la organización agraria ha reclamado a la entidad encargada de velar porque se garantice la calidad y procedencia de la materia prima con la que se elabora la bebida valenciana, que tome “cartas en el asunto” y se informe a la Conselleria de Agricultura de tan impropio modo de proceder.
“No tendríamos ningún problema con la actividad de Tigernuts y con la propia visita de la vicepresidenta si ésta se limitase a la de ser proveedor de chufa para la pesca o para la cosmética, pero no es el caso”, explica Aguado. “Debemos defender a toda costa este cultivo, no sólo porque es la base con la que se elabora un alimento tan nuestro sino porque además su pervivencia es clave para salvar la huerta frente a la presión urbanística y es de los pocos que podría permitir a los agricultores mantener unas rentas dignas”, concluye el dirigente agrario. Las importaciones, de hecho, han contribuido a agravar la crisis iniciada en este sector en 2006.
AVA-ASAJA