Nota JCCM
El presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda animó ayer a las cooperativas de Castilla-La Mancha a ganar la batalla de la comercialización manifestado que “no sólo es importante hacer buen vino, sino que también es imprescindible saber venderlo aunque hemos demostrado que tenemos capacidad para hacerlo”.
Durante su visita a la cooperativa Nuestra Señora de Criptana, de Campo de Criptana, Ciudad Real, con motivo del 50 aniversario de su creación, el presidente Barreda añadió que dado que en cualquier rincón del mundo desde Chile a Australia, ya se hace vino “nuestro esfuerzo debe enfocarse no sólo hacia la cantidad que ya la tenemos sino también hacia la calidad que ya hemos apuntado ofrecerla igualmente”.
Del mismo modo Barreda valoró el avance que han experimentado las cooperativas de la región que sin perder su dimensión social han adquirido también una dimensión empresarial, para ganar el mercado y hacer que sus productos se vendan bien.
Para este objetivo el presidente brindó la complicidad y la ayuda de su Gobierno que dijo “es el vuestro. El Gobierno de Castilla-La Mancha es amigo incondicional de aquellos que como los cooperativistas se comprometen con el progreso, el desarrollo y el bienestar de nuestra tierra”.
No obstante, José María Barreda, apuntó que con el único esfuerzo del Gobierno no basta para ganar la batalla de la competitividad que tenemos que librar todos juntos y por encima de ideologías para conseguir que esta tierra ocupe el lugar que le corresponde y en un horizonte no muy lejano. Para ello, indicó, “el protagonismo debe recaer en el conjunto de la sociedad, todos arrimando el hombro”.
Así mismo el presidente de Castilla-La Mancha en un municipio emblemático de la Ruta del Quijote como Campo de Criptana puso al protagonista de la obra universal de Cervantes como ejemplo de lo que los castellano manchegos podemos conseguir y para ello facilitó los dos ingredientes principales: pragmatismo y sentido común, los mismos que tienen los dos personajes principales de la novela.
Reconocimiento a los cooperativistas
Barreda manifestó asistir a este acto para contribuir también con su presencia al homenaje que se merecen los 52 hombres y cuatro mujeres que en 1954 pusieron en práctica el dicho popular de la unión hace la fuerza para poner en marcha una cooperativa por la que tenazmente han trabajado desde ese año muchos socios y socias.
“Valoro mucho las iniciativas que se prolongan en el tiempo, así como la continuidad y le esfuerzo sostenido que en el mundo del cooperativismo es imprescindible. Gracias por tanto, al esfuerzo sostenido de muchos hombres y mujeres que en situaciones más difíciles que en las actuales hicieron un trabajo que hoy nos posibilita ser lo que somos y estar como estamos”, declaró a los asistentes.
Por último comentó que, “hoy celebramos el 50 aniversario de la cooperativa y debería explicarnos el secreto de cómo después de medio siglo está más joven porque ha llevado a cabo un importante proceso de modernización que le permitirá ganar la batalla por la productividad y el buen vino como les aseguraba al inicio de mi intervención”.
José María Barreda entregó unas placas de reconocimiento a los cooperativistas Francisca Alarcos, de 97 años; Julián Olmedo, de 86 años; Modesto Ortiz, de 85 años; Valentina Vela, de 85 años; y Ramón Díaz-Ropero, de 77 años de edad.
Presidida por José Manuel Díaz-Ropero, esta sociedad cooperativa se constituyó en junio de 1954 con una sección de vino. Actualmente cuenta con 442 socios y su producción media anual es de 20.000 toneladas de uva de la que el 95% es blanca. Elabora 15 millones de litros de vino, de los que comercializa unas 20.000 botellas distribuidas por igual entre vino blanco y vino tinto, y factura aproximadamente 3 millones de euros.
JCCM