En este mes de junio, en Buenos Aires el asunto será tratado como estratégico por el Comité de Negociación. Por un lado, Europa quiere la autorización para navegar y pescar en la Zona Exclusiva Económica (ZEE) brasileña, y buscar apoyos en la OMC, para que Brasil no pueda arrendar barcos europeos en sustitución de inversiones propias para la creación de una flota nacional de pesca, algo que actualmente no se está cumpliendo, dado que se ha publicado una norma en este sentido, contrariando la postura defendida por la UE. Brasil se muestra intransigente, declarando que la costa del país no es negociable y anunciando una serie de medidas que tienen como objetivo aumentar la captura y, por consiguiente, la exportación de productos del mar, además de empezar a pescar en aguas internacionales por sus propios medios.
El comentario general es que la propuesta de la UE en relación con la pesca no es negociable. “No vamos a ser flexibles. Ellos acabaron con sus peces y ahora quieren acabar con los nuestros. Siempre que se hacen concesiones de este tipo, la soberanía del país en la ZEE queda en entredicho, además de ir en contra de las estrategias definidas por el Gobierno para la acuicultura y la pesca en Brasil”, afirma un alto funcionario del Departamento de Negociaciones Internacionales del Ministerio de Desarrollo que participa en las negociaciones.
La semana pasada, Brasil ya manifestó su intención proteccionista, a través del propio Ministro de Pesca, que solicitó a la Cámara de Comercio Exterior, que aumentase el impuesto de importación de la sardina, pasando del 2 al 10%, como consecuencia del aumento de la producción nacional.
En 2003, Brasil exportó 110.000 tn, por valor de 419 millones de euros. El Gobierno promete que en 2006 estos datos se duplicarán. En esta línea van las últimas declaraciones del Ministro de Pesca brasileño, la flota de altura de este país, va a incrementarse en 100 barcos nuevos y 30 más, casi nuevos, además de acondicionar 240 barcos para este tipo de pesca. Los recursos para financiar la modernización de la flota serán de unos 390 millones de euros a bajo interés y a pagar en 20 años.
La renovación y modernización de la flota pesquera refuerza la posición brasileña de no permitir el acceso de barcos extranjeros a su ZEE. La apertura de algunos puertos en Brasil que sirvan como apoyo a las flotas de barcos europeos, como los de España, es una de las propuestas de la UE a MERCOSUR, dentro de las negociaciones que están llevando a cabo entre los dos bloques económicos. “No habrá puertos internacionales”, afirmo el Ministro, que garantizó que las cuotas de pesca a que Brasil tiene derecho en aguas internacionales, serán cumplidas por los barcos de bandera brasileña. Actualmente 12 barcos brasileños faenan en la pesca de altura
MAPA