El consejero de Obras Públicas, Alejandro Gil, ha mostró ayer su preocupación por “el orden de ejecución de los tramos del trasvase del Ebro, ya que esta infraestructura se está comenzando desde la cola y no desde la cabecera, con la misma falta de lógica que si se empezara una casa por el tejado en lugar de por los cimientos”.
Gil ha señalado, al respecto, que “el Gobierno central ha licitado y adjudicado cinco tramos del trasvase del bajo Ebro, de los cuales cuatro se concentran en la zona próxima al sureste español”. Así, ha explicado, “el primero de ellos se corresponde con la ejecución de un túnel, en el municipio de Fuente La Higuera, que atraviesa la divisoria entre las cuencas hidrográficas del Júcar y el Vinalopó, y el segundo de ellos se basa en la conexión del río Segura (y, por tanto, del trasvase Tajo-Segura), con las zonas regables del post-trasvase, lo que aumentará la capacidad del canal de riego de 11 a 21 metros cúbicos por segundo, aumentando, por su parte, los tramos tercero y cuarto la capacidad de la conducción de la zona de Almería”.
En opinión del consejero, el hecho de que hayan comenzado las obras del trasvase del Ebro por la cola en lugar de la captación tiene una doble lectura, “bien el intento de eludir el conflicto con la cuenca cedente a pocos días de las elecciones generales, bien la intención de posibilitar desembalses de agua desde el Tajo y desde el Júcar hasta la zona del sureste español, lo cual no sería posible desde el punto de vista legal, porque los trasvases deben realizarse desde el Ebro, pero sí sería factible desde el punto de vista físico, al estar ejecutada la infraestructura que lo haría viable, una hipótesis que nos preocupa y mucho”.
Al respecto, el responsable regional ha reseñado que “el Gobierno regional ya tiene precedentes de usos irregulares del agua, tal y como lo demuestra el hecho de que altos responsables de la Confederación Hidrográfica del Segura estén imputados en un proceso por esta acusación“, a lo que se suma que existe “un grave riesgo de que se derive agua del Tajo o del Júcar al Levante español, ya que de sobra es conocido que esta zona está experimentando un crecimiento urbanístico espectacular, con la proliferación de urbanizaciones, campos de golf y complejos de ocio en zonas que no tienen posibilidad de dotaciones de agua”.
El consejero también ha manifestado su desacuerdo con “las dos velocidades distintas que el Gobierno central está imprimiendo al Plan Hidrológico Nacional, ya que está priorizando los usos del sureste del país, frente a las prioridades que otorgan los planes de cuenca, por ejemplo, al desarrollo de los regadíos de la Manchuela y el canal de Albacete sobre el trasvase Júcar-Vinalopó, una cuestión que la Junta de Comunidades ha llevado a los tribunales para exigir el cumplimiento de la ley en el orden y plazos previstos, o el caso del trasvase Tajo-La Mancha, una obra vital para la región que debería estar ejecutándose, porque hace un año se abrió el periodo de licitación”.
JCCM