Cada vez más países adoptan el Código de la FAO para una pesca responsable

«Quedan muchos retos por afrontar pero las adhesiones al código son un muy buen punto de partida» observa Ichiro Nomura, Subdirector de la FAO para el Departamento de Pesca.

Cincuenta y dos países miembros de la FAO ya han incorporado elementos del código a sus planes de pesca nacionales, entre los que destacan medidas para fomentar el uso de artes de pesca selectivas, prohibir las prácticas destructivas y garantizar que los niveles de capturas toleradas reflejen el estado de los bancos de peces y permitan el recuperación de las poblaciones excesivamente explotadas.

En cincuenta países hay iniciativas en curso para asegurar que cuando la flota pesquera nacional pesque en zonas económicas exclusivas (ZEE) de otros países lo haga con la autorización oportuna y al mismo tiempo, controlar más eficazmente los barcos extranjeros que pescan dentro de sus propias ZEE.

Cuarenta y nueve naciones han puesto en marcha políticas para limitar las capturas accidentales y reducir los descartes.

«Todo ello es muy alentador teniendo en cuenta que el Código es una herramienta voluntaria. Creo que este estado de cosas refleja la convicción, cada vez más difundida, no sólo del papel de la pesca responsable en la conservación, sino de que el respeto de los océanos contribuye a la salvaguardia del futuro del sector pesquero», añade Nomura.

«Queda mucho por hacer para conseguir que la pesca en todo el mundo se lleve a cabo de forma responsable y sostenible, pero es evidente que las naciones y el sector privado están empezando a responder a las inquietudes que suscitan la explotación excesiva y la defensa del medio ambiente».

Retos de diverso tipo

El modo en cómo se incorpora el Código cambia de país a país y en muchos casos los retos principales son la escasez de recursos financieros y de capacidades técnicas. En otros, las medidas que ya están en vigor -como el establecimiento de niveles de pesca aprobados basados en la evaluación de los bancos o la introducción de los derechos de pesca – pueden mejorarse.

El informe de la FAO coincide con la celebración, el sábado, del Día Mundial del Medio Ambiente 2004, cuyo tema este año es: «¡Se buscan mares y océanos: vivos o muertos!», que analiza diversos problemas como la polución y el vertido de residuos en el mar, el desarrollo costero, el cambio climático y las prácticas de pesca insostenibles.

Más lentos los progresos nacionales

El Código de Conducta para la Pesca Responsable de la FAO -redactado por ese organismo y otros 170 países tras largas negociaciones – no es obligatorio pero al adoptarlo los gobiernos se comprometen a actuar según las normas y principios de ese documento, muchos de los cuales tienen como objetivo la protección de los ecosistemas y de la fauna y flora marinas.

Tras la adopción del Código se negociaron y adoptaron también cuatro planes suplementarios de acción internacional dedicados a temas específicos: sobrepesca, pesca ilegal, ordenación de la pesca del tiburón y capturas accidentales de aves marinas.

Se espera que los países firmantes de esos planes de acción los incorporen a sus prácticas nacionales. Este proceso es más lento que el de adopción del Código de Conducta, constata la FAO, si bien ya hay algunos avances.

Hasta ahora nueve países han puesto en marcha planes para limitar el exceso de capacidad pesquera y otros 42 los están elaborando. Para la ordenación de la pesca del tiburón hay planes en vigor en seis países y otros 42 los están completando. Treinta y cinco países han elaborado estrategias para contrarrestar la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada.

Si bien pocas naciones cuentan con sistemas oficiales para impedir la muerte de las aves marinas, muchas han informado de acciones individuales en el sector pesquero para luchar contra ese trágico problema, informa la FAO

Pescar con un código

Entre las actividades complementarias de la FAO para promover la aplicación del Código y de sus Planes Internacionales de Acción se encuentran:

– Preparación de numerosas directrices que dan a conocer las prácticas de acuicultura y pesca responsable y los enfoques para la ordenación de pesca;

– La presentación del programa Código de Pesca de la FAO que ayuda a los países en desarrollo a aplicar el Código;

– En colaboración con asociaciones de pesca nacionales y regionales en todo el mundo, se organizan reuniones, talleres y cursos de formación sobre la aplicación del Código.

La FAO recuerda también que el Código, traducido en 40 idiomas, se ha difundido por diversos canales: gobiernos, organismos regionales de pesca, organizaciones no gubernamentales y organizaciones de base comunitaria.

«La pesca es una de las muchas actividades humanas que tienen repercusiones ambientales en los océanos, pero al mismo tiempo millones de personas dependen de ella para alimentarse y procurarse una renta», asegura Nomura. «La ordenación responsable es clave para reducir las repercusiones negativas de la pesca y asegurar en cambio su inestimable aportación a la sociedad»

FAO

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