La Caja Rural de Jaén y la Asociación Provincial de Almazaras de Jaén (APAJ) firmaron el pasado martes un convenio crediticio para ofrecer liquidez en el comienzo de la campaña de la aceituna, un acuerdo que, entre otras cosas, pretende evitar que los almazareros tengan que vender su aceite de oliva a un precio de «ruina» como el actual.
Así lo destacaron en rueda de prensa el presidente de la entidad financiera, José Luis García-Lomas, y de APAJ, Manuel García, quien explicó que se trata de un acuerdo que se ha firmado en los últimos años y que, a pesar de la crisis, se ha vuelto a reeditar incorporando esta vez «garantías pignoraticias». Se trata de créditos de campaña encaminados a dotar de liquidez a las almazaras para que puedan hacer frente a los gastos del inicio de campaña, especialmente, al pago del aceite que entrega el agricultor sin que para ello tenga necesariamente que venderlo.
«No se puede vender el aceite al precio que está hoy, se debe vender cuando no hay financiación y cuando hay que tomar determinadas decisiones. Dependemos de nuestros cosecheros y si ellos quieren liquidar su aceite al precio de ruina que hay pues tenemos la obligación de pagarlo, por lo que este es un instrumento más, no obligatorio, para evitar que se malvenda», comentó.
Por ello, García insistió en que hay que implicar al olivarero para que entienda que cualquier forma que suponga no vender por obligación y necesidad es buena. «Si todos salimos así tendríamos que estar vendiendo aceite todos los días y el precio no se recuperaría. Este convenio tampoco significa que se vaya a reponer, pero es un arma más», precisó. En cualquier caso, indicó que los agricultores han llevado tradicionalmente una ‘economía de guerra’, por lo que no suele ser necesario abonarles el cien por cien de su aceite en el momento de la entrega, pero sí un 25 por ciento aproximadamente. Para hacerle frente, el convenio ofrece, entre otras medidas, 0,30 euros por kilo de aceite por anticipo de cosecha, de modo que las almazaras podrán adelantar esta cantidad «si no quiere vender, evitando así no verse obligadas a hacerlo» en un momento en que el precio es una «ruina».
Asimismo, el presidente de APAJ explicó que el valor de la pignoración o garantía del acuerdo se ha fijado en el 75 por ciento del precio que los aceites tengan en el Mercado de Futuros del Aceite de Oliva (MFAO) al vencimiento del contrato. El convenio incluye, según añadió García-Lomas, una cláusula por la que se aplicará un 0,15 por ciento sobre la liquidación de intereses, «siempre y cuando la almazara opere en la MFAO», un requisito que basó en la intención de animar a operar en él, ya que «favorece a las cooperativas y almazaras». «Si trabajáramos todos en el Mercado de Futuros a lo mejor podríamos salvar un poco el precio, que es ruinoso para las almazaras. A este precio se puede coger la aceituna», aseguró.
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