La campaña de este año contra la mosca del olivo se va a desarrollar en las zonas donde los niveles de plagas pueden resultar peligrosos. En concreto se articula en diez zonas, que incluyen 67 términos municipales y que cubren una superficie que roza las 60.000 hectáreas. Sin embargo dado que sobre esta superficie se realizará más de un pase, el tratamiento podrá llegar hasta una superficie máxima de 132.000 hectáreas.
La Consejería de Agricultura y Desarrollo Rural invertirá en el desarrollo de la campaña un montante de 490.000 euros y en ella intervendrán un total de 33 efectivos entre técnicos, operarios, pilotos y mecánicos.
La mosca del olivo es un díptero que se extiende por todo el área mediterránea y cuyos daños sobre el cultivo pueden ser directos, disminuyendo la producción debido a la pérdida de peso o a la caída prematura de los frutos, e indirectos por la pérdida de calidad en los aceites obtenidos.
El tratamiento contra la mosca del olivo se realiza mediante la técnica de bajo volumen, a través de equipos pulverizadores instalados en las avionetas, con el insecticida “dimetoato”.
Para la planificación de la campaña, la Consejería de Agricultura y Desarrollo Rural toma como referencia los índices de captura obtenidos por el dispositivo de alerta y control, que cubre alrededor del 85% de la superficie de olivar en Extremadura. Esta red está constituida por las Agrupaciones de Tratamiento Integrado Agrícola (ATRIAs) y la Red Dacus de seguimiento de la mosca del olivo dependiente del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino.
El olivar extremeño representa, con sus 210.000 hectáreas, el cultivo de mayor superficie de la Comunidad Autónoma, que convierte a Extremadura en la tercera región del país en producción. El olivar es también uno de los cultivos sociales más importantes, determinante para la actividad económica regional por su capacidad para generar empleo que mueve entre 2’5 y 3 millones de jornales anuales.
Junta de Extremadura