La Consejería de Obras Públicas, Vivienda y Aguas del Gobierno de Canarias aprobó el pasado 7 de mayo de forma definitiva el Plan Hidrológico Insular de La Gomera, teniendo en cuenta los criterios a los que tienen que ajustarse la redacción y aprobación de los planes hidrológicos insulares como instrumentos básicos para la planificación de las aguas.
Según se desprende del Boletín Oficial de Canarias (BOC) en Decreto 101/2002 de 26 de julio, el Cabildo de La Gomera, en un plazo de seis meses, deberá elevar al Ejecutivo regional un Plan Especial para su aprobación, relativo a la programación temporal de las inversiones públicas en materia hidráulica en la Isla, donde se especifiquen los plazos de ejecución de todas las actuaciones contempladas en el Plan Hidrológico Insular y las aportaciones financieras de los organismos e instituciones públicas con competencia en la materia.
Cabe recordar que el Consejo Insular de Aguas de La Gomera, órgano autónomo dependiente de la Institución gomera, presentó este Plan ante la Consejería de Obras Públicas, Vivienda y Aguas del Gobierno autónomo para su aprobación definitiva, el mismo ya fue aprobado por unanimidad y de forma provisional en sesión plenaria celebrada el 6 de marzo del pasado año.
Se trata de un Plan que posibilita la correcta gestión de este recurso en la Isla Colombina y que establece la Isla como una entidad hidrogeológica única sin concepciones localistas.
Según el balance hídrico recogido en el Plan Hidrológico, es posible garantizar las necesidades de abastecimiento tanto para agricultura como de agua potable, sin recurrir a medidas extraordinarias. En la actualidad la producción media total con todos los procedimientos de captación es de unos 16 hectómetros cúbicos, de los que 3,5 tienen su origen en el agua superficial y los 12,5 restantes proceden de la subterránea, incluyendo los nacientes.
El consumo actual se establece entre 10 y 11 hectómetros cúbicos al año, lo que suponen de 10 a 11 millones de metros cúbicos, de los que unos 8 ó 9 corresponden a la agricultura y el resto a los demás usos. Con estas cifras de producción y consumo, parece existir un excedente de agua, pero la realidad, según apuntan fuentes del propio Consejo Insular, es muy diferente: cuando más se necesita el agua es en invierno, que hay excedentes; mientras que en las épocas secas hay escasez. Esto es debido a que la aportación más significativa procede de los nacientes y las presas y en ambos casos se producen grandes fluctuaciones según estaciones y años.
Un objetivo prioritario del Plan Hidrológico es corregir este desequilibrio y garantizar así un desarrollo armónico de los distintos sectores económicos de la Isla; sin olvidar aspectos tan importantes para el territorio como es una correcta gestión del dominio público hidráulico, dada la abrupta orografía de la Isla como consecuencia del elevado número de cauces que la determinan.
Racionalización. El plan aprobado ayer señala como otro de sus objetivos la racionalización del agua. «Hay que racionalizar el empleo de los recursos hidráulicos de la isla», dice el texto recién aprobado, «lo que constituye una exigencia de eficacia y eficiencia en la gestión del ciclo integrado del agua -captación, transporte, distribución, aplicación, retorno- que tenga como fin el consumo de recursos estrictamente preciso para la satisfacción de las necesidades realmente existentes».
Según el Gobierno, es evidente que, en este aspecto, la situación de La Gomera es fruto de unas circunstancias históricas y sociales que han propiciado una utilización muy positiva del agua en el pasado -que ha permitido una notable protección de los recursos hídricos-, pero que hoy adolece de falta de eficiencia y requiere medidas racionalizadoras importantes.
Finalmente, se señala en el BOC que el aprovechamiento de los recursos ha de hacerse «protegiendo su calidad y economizándolos en armonía con el medio ambiente y los demás recursos naturales», precepto de especial relieve en La Gomera.
Gob. Canarias