Candidatura de Dieta Mediterránea como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad en la UNESCO

El objetivo de este proyecto es lograr este reconocimiento internacional de la Dieta Mediterránea, ya que forma parte del legado cultural, histórico, social, territorial y medioambiental nacional desde hace muchos siglos, estando íntimamente vinculada al estilo de vida de los pueblos mediterráneos a lo largo de su historia.

La Cuenca Mediterránea cuenta con una tradición milenaria en la producción e integración de alimentos variados, nutritivos, apetecibles y saludables. Las características únicas de los productos de la Cuenca junto con sus combinaciones, elaboraciones, preparaciones y hábitos, han constituido a lo largo de siglos un patrón alimentario singular que ha llevado al reconocimiento de la Dieta Mediterránea, por parte de la Organización Mundial de la Salud y de la FAO, como un modelo alimentario de calidad, saludable y sostenible.

La Dieta Mediterránea representa un activo cultural impresionante y vivo, que sigue transmitiéndose y que es compartido por todos los países de la Cuenca Mediterránea. Representa asimismo un potencial económico y social importante y, a la vez, un sello de autenticidad, calidad y salud, legítimo y de la máxima importancia. La promoción de la Dieta Mediterránea en la esfera internacional permitirá extender hábitos de consumo saludables, fomentando una alimentación equilibrada, nutritiva, variada, apetecible y saludable.

Los primeros acuerdos entre países en apoyo de la Dieta Mediterránea se produjeron en la cumbre hispano-italiana celebrada en Ibiza en febrero de 2007, donde España e Italia aprobaron una declaración conjunta para la protección y promoción de la Dieta Mediterránea y la defensa de la calidad y competitividad de sus producciones agroalimentarias.

Esta declaración, basándose en que ambos países son depositarios de grandes tradiciones agroalimentarias y protagonistas de la producción agraria mediterránea, tenía como objetivo establecer un acuerdo para poner en marcha iniciativas que sirvieran, entre otras cosas, para velar por la defensa de las producciones mediterráneas y de su calidad, a favor de los derechos de los consumidores, y por hacer una agricultura mediterránea más fuerte y competitiva.

Por otro lado, en julio de 2007, la Ministra Elena Espinosa presentó la iniciativa de la candidatura UNESCO de la Dieta Mediterránea al Consejo de Ministros de Agricultura de la Unión Europea, invitando a participar en ella a todos los Estados miembros que lo desearan. España obtuvo un amplio respaldo de los Estados miembros, de la Comisión y de la Presidencia del Consejo.

La Dieta Mediterránea ofrece una gran oportunidad a la industria agroalimentaria española, ya que los productos mediterráneos responden a las preocupaciones del consumidor y a las políticas de nutrición, alimentación y educación actuales.

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