Además de ser una carne exquisita, también tiene una composición y propiedades nutricionales excelentes.
Para prevenir enfermedades y evitar la obesidad se recomienda tener una alimentación variada, reducir la ingesta de colesterol y grasas saturadas, incrementar la ingesta de hidratos de carbono, fibra y vitaminas además de realizar actividad física de manera habitual. En este sentido, la carne de conejo es idónea para cumplir las recomendaciones de los expertos en Nutrición por ser una de las carnes que posee menor contenido en colesterol y un contenido en grasas saturadas muy bajo.
Las preparaciones culinarias de esta carne suelen incorporar especias y hierbas aromáticas, necesitando así incorporar poca cantidad de sal en su preparación.
A la hora de elaborar dietas dirigidas a personas con sobrepeso, los nutricionistas recomiendan carnes magras (con bajo contenido en grasa), como la carne de conejo.
Las proteínas son de una calidad superior a las proteínas de origen vegetal dado que la composición de aminoácidos es muy parecida a la composición que finalmente el cuerpo humano usará en la síntesis de sus propias proteínas, además de contener todos los aminoácidos esenciales.
El bajo contenido en colágeno, principal proteína del tejido conectivo (0,38% en músculo dorsal, frente al 0,9-1,5% de la mayor parte de las carnes), su alta solubilidad térmica que hace que las fibras de colágeno se rompan durante la cocción, junto con su bajo contenido en grasa, hacen de este alimento una carne de fácil digestibilidad.
En resumen, podemos decir que la carne de conejo es un alimento con un apreciado sabor, rico en proteínas de alta calidad, con un equilibrio sano de grasas y con aportes de importantes minerales y vitaminas, recomendado por lo tanto dentro de una dieta sana y equilibrada.
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