Tal y como revela el Informe de situación del sector de la patata en España, elaborado por el Departamento de Agricultura de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) [1], el 65% de las patatas que consumimos en la actualidad son de fuera de nuestro país, fundamentalmente de Francia (50%).
Los españoles consumimos del orden de 1,18 millones de toneladas de patata al año, de las que 539.186 Tn. son de origen francés, 83.261 de Reino Unido, 69.229 de los Países Bajos, 19.772 de Israel y 7.472 de Marruecos. En la última década el nivel de las importaciones ha crecido de manera exponencial, pasando de las 550.000 toneladas en el año 2.000 a las más de 750.000 Tn de la pasada campaña.
En el presente ejercicio, ni la buena producción (un 15% mayor que en 2008), ni la excelente calidad del tubérculo, ni las cotizaciones de ruina, han servido para incentivar el consumo de patata nacional. Las cadenas de distribución han priorizado la compra de patata vieja francesa a precio reducido, apilada en los almacenes desde la campaña anterior y por tanto con una menor calidad. La invasión de patatas foráneas ha presionado los precios a la baja poniendo contra las cuerdas a nuestros agricultores que se muestran indefensos ante unos precios medios en el campo, (0,10 euros/Kg), muy por debajo de los costes de producción (0,18€/kg). Esta situación, unida a las dificultades en el mercado de la exportación, ha provocado que el 20% de la producción de patata temprana de Andalucía y Murcia se haya quedado bajo tierra.
Sin embargo, el hundimiento de los precios en el campo no se ha trasladado al consumidor (0,90 €/kg). En el contexto de crisis económica, las grandes cadenas de distribución han utilizado este producto como reclamo en sus establecimientos, sin que esta circunstancia haya supuesto un alivio en los bolsillos de los consumidores, ya que los distribuidores han mantenido sus abusivos márgenes comerciales, (de junio de 08 a junio 09, el diferencial entre origen y destino ha pasado del 346% al 1.314%, según los datos del Índice de Precios en Origen y Destino de los alimentos, IPOD, elaborado mensualmente por COAG y las organizaciones de consumidores UCE y CEACCU).
COAG cree necesario implementar una política comercial capaz de regular el mercado para que la cosecha estatal tenga cabida tanto en el mercado interno como en los mercados exteriores, a unos precios rentables y asequibles tanto para el agricultor como para el consumidor. Asimismo, COAG anima a los consumidores a reclamar patata nacional, recién cortada, a un precio asequible y con las cualidades organolépticas en su momento óptimo.
CAOG