El Gobierno de Castilla-La Mancha, de la mano de las organizaciones agrarias, pedirá al Ejecutivo central que reconsidere su opinión y modifique su posición sobre la reforma de la Política Agraria Común (PAC) porque «de aprobarse en los términos que se ha negociado en el seno de la UE, la repercusión sería nefasta».
Así lo ha dicho en declaraciones a los periodistas José María Barreda, vicepresidente regional y consejero de Agricultura y Medio Ambiente en funciones, al ser preguntado por el acuerdo adoptado ayer por los Quince y que deberá ser ratificado formalmente en un próximo Consejo de Ministros de Agricultura.
Barreda hizo una valoración negativa de la desvinculación de las ayudas con respecto a la producción que se ha confirmado, ya que, según señaló, puede suponer el abandono de la producción.
En cuanto a la modulación aprobada, indicó que se aleja de la propuesta inicial de la Comisión, que ya era mala, y se encuentra a “años luz” de la modulación de Castilla-La Mancha dirigida única y exclusivamente a favorecer a los agricultores profesionales.
Asimismo, apuntó que el acuerdo adoptado no es bueno para Castilla-La Mancha, puesto que supondrá un abandono de la producción, el recorte de las ayudas e insistió en que se corre el peligro de deslegitimar, aún más, las ayudas agrarias, al no vincular las ayudas agrarias a la producción, ni realizar una modulación más justa y solidaria.
El acuerdo, dijo, como ya ocurrió en octubre, lo han marcado básicamente Francia y Alemania, mientras que España ha ido al amparo de la idea “lo que es bueno para Francia es bueno para España”. Ésta, agregó, es una estrategia equivocada, que nos deja aislados en la reforma de las producciones mediterráneas, básicas para nuestro país y nuestra región (aceite, arroz, tabaco, vino, …).
JCCM