Nota JCCM
La consejera de Agricultura de Castilla-La Mancha, Mercedes Gómez, defiende que al menos el 50% de las ayudas para el sector ovino y caprino se calcule en función de la producción de cada explotación para garantizar el futuro de una actividad con gran peso en la ganadería y en la industria de Castilla-La Mancha. Esta reflexión fue expuesta en su intervención sobre la aplicación de la nueva PAC en la región dentro de una jornada organizada por COAG-IR, que tuvo lugar hoy en FERCAM, en Manzanares (Ciudad Real).
Mercedes Gómez recordó que se han manteniendo reuniones y contactos con las organizaciones agrarias para consensuar una postura regional que será defendida en la Conferencia Sectorial de Agricultura cuando se discutan los porcentajes de desacoplamiento de ayudas que aplicará España tras la reforma de la PAC.
En las conversaciones mantenidas hasta ahora, se ha puesto de manifiesto que deberían mantenerse porcentajes de ayuda que se basen en la producción para el sector del ovino y el caprino, y para la prima de los terneros en el sector vacuno. En cultivos herbáceos, la mayoría de las organizaciones agrarias se inclinan por un desacoplamiento del 100%.
Sobre este punto, la consejera de Agricultura mostró sus dudas al valorar que “un desacoplamiento total de las ayudas podría conducir al abandono del sector agrario ya que un agricultor no va a necesitar producir para conseguir unos ingresos mínimos, lo que le llevará a cuestionarse la conveniencia de seguir desarrollando esta actividad”. Las consecuencias de esta situación afectarían también a las industrias agroalimentarias y a las cooperativas por escasez de materia prima. Sin embargo, Mercedes Gómez precisó que defenderá la postura que mayor acuerdo consiga entre las organizaciones agrarias.
Hay que recordar que la Comisión Europea ha propuesto un sistema de ayudas agrarias que no tendrán en cuenta la producción de cada campaña sino que consistirán en un pago único fijado para cada productor en función de la media de todas las ayudas recibidas en los años 2000, 2001 y 2002. De ahí que se denominen ayudas desacopladas, porque cada agricultor y ganadero cobrará la misma cantidad con independencia de los resultados productivos de cada año.
En su intervención, la consejera de Agricultura también analizó la reforma de la OCM del aceite de oliva y reiteró que la prioridad del gobierno regional es conseguir ayudas para el olivar de bajo rendimiento, que supone las dos terceras partes del cultivo en Castilla-La Mancha.
En este sentido, Mercedes Gómez recordó que España tiene que decidir también en el aceite de oliva qué porcentaje de desacoplamiento aplicará con la entrada en vigor de la reforma. La postura de Castilla-La Mancha es que se mantenga presupuesto para aprobar una ayuda por hectárea que permita la supervivencia del cultivo menos productivo por su importancia social y medioambiental.
JCCM