La UE se ha comprometido a elevar a un 10 por ciento para 2020 la cuota obligatoria de biocombustibles usados en el transporte, objetivo que está recibiendo cada vez más críticas, tanto desde el punto de vista económico como ambiental. Sobre la supuesta amenaza a la producción de alimentos, el portavoz explicó que no tiene fundamento dado que, teniendo en cuenta la situación actual, el objetivo de la UE sólo obligaría a dedicar el 17 por ciento de la tierra arable a producir biocarburantes. Mann indicó además que una buena parte de esas necesidades se verán satisfechas gracias a la existencia de enormes extensiones de tierra en barbecho en países como Polonia, Rumanía o Bulgaria, que en el futuro podrán destinarse a la producción de biocarburantes. También explicó que la UE recurrirá a importaciones de terceros países y a la producción de biocombustibles de segunda generación. Por otra parte, el portavoz explicó que Bruselas tiene previsto proponer próximamente el fin de las ayudas al cultivo de materia prima destinada a producir ese tipo de carburantes, dado que el mercado ha demostrado que ya no hacen falta las subvenciones en ese área. En la actualidad Bruselas aporta un presupuesto de 90 millones de euros para esa clase de subvenciones.
Agencia EFE