Nota del CSIC
El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) coordina el proyecto europeo Phodye, dirigido al desarrollo de chips, con sensores ópticos integrados, que cambiarán de color al detectar un aumento de gases contaminantes. El coste de estos dispositivos, entre cuyas aplicaciones destaca el seguimiento informático de la contaminación urbana, será de unos 30 euros, frente a los cerca de 600 euros que cuestan los detectores de dióxido de nitrógeno empleados en la actualidad.
Los nuevos chips, además de registrar los niveles de dióxido de nitrógeno, medirán la concentración de otros gases, así como los cambios de temperatura y de irradiación ultravioleta. El proyecto Phodye prevé asimismo que estos dispositivos se puedan conectar entre sí, formando una red, lo que permitiría hacer un seguimiento informático de cualquier cambio en la concentración de contaminantes que se produzca en una ciudad.
El investigador del CSIC y coordinador del proyecto, Ángel Barranco, que trabaja en el Instituto de Ciencias de Materiales de Sevilla (centro mixto del CSIC y la Universidad de Sevilla) lo explica: “En el marco del proyecto Phodye se estudiará la conexión de múltiples dispositivos para hacer el seguimiento de un contaminante en distintos puntos de la ciudad. Los sensores que se emplean en la actualidad son mucho más costosos, lo que impide que se puedan usar muchas unidades separadas entre sí por poca distancia para hacer este tipo de controles”.
Para desarrollar estos chips, los investigadores integrarán en ellos finas películas de colorante. Estas películas, con un espesor inferior a 100 nanómetros, lo que facilita su contacto con el exterior, son capaces de detectar cualquier cambio en su entorno y convertirlo en un cambio de color.
Esta modificación es luego ampliada por una estructura fotónica que permite observar el cambio de color a simple vista y medirlo de manera cuantitativa.
DISPOSITIVOS PORTÁTILES
El investigador del CSIC asegura que esta tecnología se podrá utilizar también para desarrollar sensores ambientales de pocos centímetros de tamaño, que incluso se podrían llevar en un bolsillo. La única diferencia con respecto a los chips sería que, si bien cambiarían de color con la variación ambiental, no podrían cuantificarla.
Este proyecto europeo cuenta además con la ventaja de que la nueva técnica es compatible con los métodos de fabricación ya existentes en microelectrónica. La primera reunión del proyecto se celebró en Sevilla el pasado mes de octubre. Phodye cuenta con 1,9 millones de euros de financiación de la Comisión Europea, para los próximos tres años.
CSIC
Soy de Quito Ecuador, me gustaria saber si estos chips funcionan a cualquier altura ya que nosotros estamos a 2.800 metros sobre el nivel del mar.
Ustedes son productores. Estan exportando? Tienen representante en Ecuador.