El Foro Mundial Sobre Soberanía Alimentaria, (FMSA), que se celebra en Cuba del 3 al 7 de septiembre, girará entorno a la problemática sobre la soberanía alimentaria. En primer lugar, desde la perspectiva de la seguridad alimentaria, concepto de actualidad que engloba el derecho de los consumidores a conocer la calidad de los alimentos que consumen, así como la repercusión sobre la nutrición y salud de las personas. Por otra parte, se debatirá sobre el concepto de soberanía alimentaria como el derecho de los pueblos a la alimentación, sin que ésta pueda ser utilizada como arma política de dominación por otros estados.
Diecisiete organizaciones españolas han confirmado ya su apoyo y participación en el FMSA, entre ellas COAG, que tendrá a Paul Nicholson como máximo representante en Cuba.
El FMSA de carácter abierto y autónomo, cuenta con el respaldo de más de 60 organizaciones agrarias, sindicales y sociales en todo el mundo, y reunirá a delegados responsables de movimientos sociales, ONG, Redes, investigadores, técnicos, y electos procedentes de los cinco continentes. También participarán personalidades de diversos sectores de la sociedad civil como José Bové (Francia), Danielle Mitterrand (Francia), Vandana Shiva (India), Jacques Chonchol (Chile), Dom Mauro Morelli (Brasil) y Tran Van Thinh (Vietnam-UE), entre otros. El FMSA tiene la ambición de contribuir a la construcción de alternativas que ayuden a resolver los graves problemas de hambre y malnutrición que afectan a inmensas capas de la población mundial.
Hace cinco años, gobernantes de todo el mundo se reunían en Roma en la Cumbre Mundial de Alimentación, convocada por la FAO (Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), con el objetivo de discutir el tema de la seguridad alimentaría. En este evento se constató que los graves problemas del hambre y la desnutrición continuaban afectando de forma permanente a cerca del 15 % de la población mundial.
Una de las principales resoluciones de la Cumbre fue fijar el año 2015 como fecha para reducir a la mitad la cifra de 800 millones de personas que vivían bajo el flagelo del hambre. Se definió también que cada país organizara un proceso de seguimiento de las conclusiones resultantes con la participación conjunta de gobiernos y sociedad civil. Transcurridos cinco años la FAO se propone celebrar, en noviembre del 2001, un nuevo evento para efectuar un balance de la situación actual.
A finales del año pasado la FAO reconoció que sería imposible cumplir el compromiso adquirido durante la Cumbre de reducir a la mitad el número de hambrientos en el mundo. Ahora se habla del año 2030 como el nuevo plazo para la realización de la meta anteriormente propuesta.
Semejante incumplimiento agudiza la grave situación de exclusión y desigualdad existente en el mundo. En el actual orden mundial, las políticas de ajuste estructural subordinadas al mercado global aplicadas por muchos gobiernos y organismos internacionales, no aseguran a los pueblos el primordial derecho humano a una alimentación sana, equilibrada y respetuosa de la diversidad productiva y cultural.
COAG