Nota de prensa de COAG. El informe sobre el funcionamiento de la OCM del sector hortofrutícola que ha presentado la Comisión Europea ha decepcionado a los productores. Es superficial e incompleto y se queda en la descripción parcial de algunos problemas, para los que ni siquiera aporta respuestas.
La protección frente a las importaciones de países terceros no se contempla en ningún momento; la producción europea está cada día más amenazada por la liberalización de los intercambios y las concesiones de los Acuerdos comerciales que la Unión Europea alcanza con países terceros (en especial con los del norte de Africa), está trascendental cuestión no se analiza en el informe, cuando es vital para la supervivencia del sector
La concentración de la producción es trascendental para garantizar la competitividad del sector, hay que articular fórmulas que fomenten el desarrollo de auténticas organizaciones de productores, el aumento de su dimensión y la mejora de su eficacia a través de la fusión de estas entidades; sin embargo en el informe tampoco se aborda esta cuestión.
El escrito tampoco analiza convenientemente la evolución de los Fondos Operativos, e incluso reconoce que no se realiza un seguimiento de las acciones que se realizan con ellos en los Programa Operativos que se financian con estos fondos; lo que equivale a manifestar que no se tienen elementos de juicio sólidos para ordenar una distribución más eficiente de los fondos que se destinan a estos programas, cuya tramitación está, además, excesivamente burocratizada y su gestión resulta compleja y rígida.
Con respecto a las intervenciones para regular el mercado, en los casos de excedentes coyunturales o estructurales, la Comisión no aporta ni una sola medida que pueda paliar las situaciones de crisis graves por exceso de cosecha, en el caso de los primeros, o la mejor dimensionalización de las producciones por medio de un mejor conocimiento de la producción, en el caso de los segundos.
El tema de los presupuestos se queda en la mera mención testimonial, sin reconocer que son escasos ni plantear formulas que aseguren un uso más eficiente de los recursos disponibles.
Los frutos secos también se contemplan de manera superficial y deficiente, porque no se aportan ideas que desbloqueen la situación precaria de estos productos, no se mencionan si quiera las propuestas del comisario Fischler de canalizar las ayudas a este sector a través de los fondos destinados al desarrollo rural.
En resumen, resulta decepcionante que el informe que iba a ser la base de una reforma ambiciosa del sector, se haya quedado en un mero ejercicio descriptivo y sesgado de algunos problemas de la hortofruticultura europea. Un análisis incompleto y deficiente que, ni siquiera aporta ideas para la mejora de alguna de las evidentes deficiencias que padece el sector.
GABINETE DE PRENSA