Remitido por COAG:
Del informe anual sobre los precios agroalimentarios elaborado por el Departamento de Economia Agraria de COAG, se deduce que si los precios frescos o elaborados suben en destino y por el contrario, los producidos en origen bajan o suben en menor medida, el incremento que se observa en el IPC sólo puede achacarse a los crecientes márgenes de beneficio de la cadena agroalimentaria, de la que no son protagonistas los agricultores y consumidores, y sí otros agentes económicos. El diagnóstico de la situación apunta a la rigidez de la distribución comercial, al mantener los precios altos al consumidor al mismo nivel a pesar de la disminución de los precios en origen, como uno de los grandes problemas del mercado agropecuario.
Relación agricultor/ganadero vs. Mayorista. Analizando los precios de los productos agropecuarios publicados en la página web del Ministerio de Agricultura, se puede observar como en el caso de los productos agrícolas, la diferencia entre el agricultor y mayorista se sitúa en un 2,26 veces. Los casos más significativos son los cítricos (el limón se multiplica por 5 y la naranja Navelina por 4,58), si bien es cierto que las cotizaciones en origen son sobre árbol. El precio desde origen hasta mayorista se multiplica por más de dos veces en los casos de tomate liso para ensalada (2), zanahoria (2,18), manzana Golden (2,39), pera (2,04). Otra forma de analizar la relación entre productor y mayorista sería observar la participación de precio percibido por el agricultor sobre la cotización de los mayoristas. Dicha participación es tan solo de un 53%.
Relación Agricultor/Consumidor. Si analizamos la relación entre el agricultor y consumidor, observamos un deterioro mayor del agricultor, por la presencia de intermediarios en la cadena tales como mayorista. Así los productos agrarios multiplican casi cinco veces (4,74 veces) su valor. Los cítricos son los productos donde se produce una mayor diferencia entre la cotización origen y consumidor (del orden de 10 veces). Le sigue la manzana Golden (5,11 veces más), tomate (4,94), zanahoria (4,68) y acelga (4,65). En el caso de los productos agrícolas, el agricultor sólo participa en el beneficio una media de un 26%, valor muy bajo si se considera que estos productos apenas tienen transformación agroalimentaria.
En el caso de los productos ganaderos, éstos se multiplican por 2,86 veces. Ello supone que el ganadero participa en el precio final un 39%.
Formación del precio en la cadena agroalimentaria
Ante las conclusiones del análisis realizado, COAG exige a la Administración la puesta en marcha de un plan estratégico en defensa de precios justos para los productos agrícolas y ganaderos que se base en los siguientes objetivos:
Objetivo prioritario:
Determinación de medidas que eviten la disminución drástica de los precios en origen, de forma que se mantenga un precio suficientemente remunerador para las producciones agrarias.
Como objetivos específicos:
I. Apostamos por un sistema agroalimentario equilibrado donde no se presenten las actuales rigideces y unas cotizaciones en origen y destino en beneficio de todos los agentes de la cadena comercial y fundamentalmente una correcta formación del precio del productor al consumidor;
II. Conseguir una mayor transparencia del mercado, conociendo la formación del precio a lo largo de la cadena comercial (trazabilidad del precio).
Para la consecución de los anteriores objetivos desde COAG consideramos la necesidad de la instauración de una serie de medidas políticas. Éstas habrán de basarse en los siguientes tres componentes:
1) Medidas de regulación de mercados que eviten la disminución de los precios en origen de los suministradores (agricultores y ganaderos) a las agroindustrias;
2) Medidas de carácter socioestructural, que favorezcan unas apropiadas estructuras rurales para la transformación por parte de los agricultores y ganaderos;
3) Medidas de carácter contractual donde los poderes públicos se impliquen en mayor medida en la aplicación de contratos equitativos entre la producción y la industria.
COAG