Nota de Coag
La Coordinadora de Agricultores y Ganaderos, COAG, en el Día Mundial del Consumidor celebrado el pasado día 17, expresa la necesidad de garantizar los derechos de elección e información de los consumidores a la hora de consumir productos tratados genéticamente. Esta libertad de elección puede garantizarse mediante un etiquetado transparente donde se ponga de manifiesto la cantidad de material transgénico autorizado que contiene cada producto. Actualmente, la legislación europea obliga únicamente a etiquetar aquellos productos que contengan más del 0.9% de elementos transgénicos. COAG considera que estos umbrales no son lo suficientemente bajos, porque cualquier material transgénico detectable debería ser etiquetado.
Así, COAG fundamenta su postura alegando que:
Actualmente sólo los productos denominados como de Cultivo Ecológico, garantizan la ausencia de elementos transgénicos.
La tecnología permite detectar contaminación de hasta 0,1%, umbral que debería constituir la base para las exigencias de etiquetado.
Del mismo modo, la libertad del consumidor sólo puede garantizarse si a su vez el agricultor tiene la libertad y la garantía de cultivar productos libres de transgénicos. Esto exige unas NORMAS DE COEXISTENCIA DE CULTIVOS que efectivamente eviten la contaminación entre cultivos.
En este sentido, COAG reivindica que se mantenga la moratoria para el cultivo y comercialización de productos transgénicos mientras no se garantice la libertad del consumidor a la hora de elegir productos no tratados genéticamente, la ausencia de contaminación entre cultivos y se establezca una regulación que delimite responsabilidades al respecto.
Asimismo, COAG exige que se luche por la seguridad alimentaria como un derecho universal y también lamenta en este día, la decisión del Gobierno Británico de aprobar la comercialización de maíz transgénico incluso con la oposición del 50% de la población y de grupos parlamentarios, que no hacen sino vulnerar los derechos de los consumidores por no quedarse atrás en la comercialización de maíz y por la presión de los grupos multinacionales distribuidores de productos transgénicos. A juicio de Andoni García, responsable de Seguridad Alimentaria de COAG, «la liberalización del comercio de transgénicos puede suponer la industrialización de la agricultura en detrimento del modelo de producción en el que se basa la explotación familiar orientando a la calidad, la seguridad y el respeto del medio ambiente. Además, la comercialización de estos cultivos patentados supone dejar en manos de diez multinacionales la producción mundial de alimentos».
Coag