Nota de COAG-IR
La Coordinadora de Agricultores y Ganaderos-Iniciativa Rural de Castilla-La Mancha advierte que la grave crisis que atraviesa el sector agrícola y ganadero de la región hace cada vez más insostenible la situación y requiere medidas urgentes . De lo contrario, “estamos abocados a vivir un otoño caliente”, según señala el secretario regional de la COAG-IR, Antonio Castellanos.
Sectores básicos de la agricultura de nuestra región como el cereal, el olivar y el viñedo han sido este año vapuleados por las adversidades climáticas. Las heladas, a primeros de año, y la sequía actual están produciendo mermas importantes en estas producciones y el encarecimiento de los medios de producción en otros casos, como el de la ganadería extensiva de ovino , cuyos profesionales se están viendo obligados desde primeros de año a alimentar a sus rebaños a base de piensos, cada vez más caros, ante la ausencia de pastos. Una situación que se agrava porque el retraso sistemático de las Administraciones en regular, tramitar y resolver las ayudas y préstamos que, en cualquier caso, se revelan insuficientes para atajar el problema y que no son a “interés cero” ni para los profesionales como se llegó a anunciar.
Durante esta campaña se arrastran situaciones -como las citadas y como, por ejemplo, los ataques de mildiu de la vendimia pasada- que han encontrado una respuesta tardía y muy poco generosa por parte de la Administración. De hecho, las ayudas comprometidas por el mildiu aún no han llegado a los afectados un año después de la crisis .
Algo parecido a lo que está sucediendo con las ayudas al gasóleo, de las que ya se ha anunciado su pago por parte de la Consejería de Agricultura, pero que todavía siguen sin haber sido cobradas por los agricultores. Unas ayudas, añadiremos, que suponen además mucho menos dinero (57,2 millones de euros) del IVA que el Gobierno ha recaudado de más (+ 95 millones de euros sólo en los últimos 12 meses) por el encarecimiento del gasóleo agrícola. Encarecimiento del gasóleo que está poniendo en serio riesgo la rentabilidad de las pequeñas y medidas explotaciones familiares agrarias y para el que no se quiere tomar por parte del Gobierno la medida que COAG lleva años demandando: el establecimiento de un gasóleo agrícola profesional con una reducida carga de impuestos.
La insensibilidad del Gobierno ante la penosa situación atraviesa el sector agrario alcanza su máxima expresión en la actitud que están manteniendo las autoridades en materia hidráulica, encabezadas por la Confederación Hidrográfica del Guadiana para con los regantes de la Cuenca Alta del Guadiana. La Administración ha recortado este año en 60 HM3 la dotación a los regantes del Acuífero 23 , mientras sigue aprobando trasvases para que rieguen en otras cuencas de otras regiones. Por otro lado, el Gobierno no sólo está incumpliendo la Ley del Plan Hidrológico Nacional al no tener aún un Plan Especial del Alto Guadiana que debería haber estado listo hace tres años; sino que también está incumpliendo la moratoria en las sanciones que ofreció al sector, y sigue enviando a los pequeños regantes -de la manera más intemperante y en el momento más inoportuno- notificaciones de multas de hasta 30.000 euros por daños al dominio público valorados en la mayor parte de los casos en unas pocas decenas de euros. En esta cuestión es particularmente ineludible un cambio en el talante mantenido hasta ahora por la Administración, por la urgencia de alcanzar un consenso amplio respecto del Plan Especial del Alto Guadiana, para lo que deben empezarse de inmediato las reuniones de trabajo y cesar, si fuera necesario, a aquellos responsables de la Confederación que parecen, desde un principio, empeñados en boicotear cualquier posibilidad de buen entendimiento.
La ganadería, además, está sufriendo de nuevo las consecuencias de los nuevos brotes de Lengua Azul que se traducen en dificultades comerciales, precios a la baja y más costes adicionales en las zonas restringidas por los gastos derivados de las operaciones veterinarias y las de desinsectación, certificaciones, precintados de vehículos y resto de exigencias requeridas para autorizar el movimiento de animales. Las medidas hasta ahora adoptadas, de carácter coyuntural, quizá impidan la extensión de la enfermedad; pero van a seguir suponiendo, campaña tras campaña, perjucios importantes para los ganaderos de las zonas afectadas, que lo que necesitan es un plan de actuación para erradicar la enfermedad e impedir su entrada desde el norte de África.
Ante semejante panorama, COAG-IR de Castilla-La Mancha considera que existe una actitud política de ninguneo para con el sector agrario . Los responsables de las Administraciones competentes, o no están sabiendo medir la verdadera magnitud de los problemas por los que atraviesa el sector agrario (y sobre todo los agricultores profesionales que viven fundamentalmente del trabajo de su explotación), o lo que sería igualmente grave, consideran que no merece mayor atención política ni presupuestaria. COAG-IR anuncia que, o empiezan a observarse en breve gestos importantes de cambio en la actuación de las Administraciones (tales como para que se hagan efectivas de inmediato las órdenes de pago comprometidas y el cumplimiento real de la moratoria de las sanciones a pequeños regantes) o, de lo contrario, será inevitable que las reuniones y conversaciones que ya se están produciendo no desemboquen en la convocatoria de movilizaciones este otoño , porque la situación de los profesionales es ya insostenible.
COAG-IR