Nota de COAG
La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos, COAG, lleva más de una década alertando sobre la necesidad de proteger al sector de los frutos secos por infinidad de razones: protegen la corteza terrestre, frenan la desertización, actúan como cortafuegos, retienen población en zonas rurales y mantienen el paisaje histórico; por si cada una de estas razones no fuera suficiente por sí misma para que las Administraciones y la ciudadanía defendieran estos cultivos, la llegada de la Navidad sirve para recordar que sin los frutos secos autóctonos no sería posible elaborar productos de repostería navideños tradicionales como los turrones, los mazapanes o los polvorones.
La variedad de almendra marcona, la autóctona del arco mediterráneo, es la que desde el siglo XIV se ha utilizado para elaborar los dulces navideños; 600 años después, los frutos secos están amenazados y con ellos una importante actividad agraria y toda nuestra tradición repostera navideña y gastronómica en general, dado que se trata de un producto saludable que no engorda, frente a lo que erróneamente se piensa, porque aporta grasas insaturadas beneficiosas frente al colesterol y la hipertensión y aporta, además, nutrientes esenciales.
En los último años es posible encontrar en los comercios pastillas de turrón a menos de un Euro, son productos elaborados con materias primas foráneas, que no mantienen las sabrosas propiedades organolépticas de los turrones tradicionales, que ya cuestan más de 6 Euros. Mantener los frutos secos no resulta costoso para la administración y sirve para mantener viva la almendra y la avellana mediterránea, para que no se convierta en un artículo de lujo que nuestros hijos no puedan adquirir en las Navidades futuras.
COAG reivindica la necesidad de incentivar las denominaciones de origen para los frutos secos y avanzar en la tipificación de las variedades peninsulares, para que puedan defenderse de la llegada masiva de la almendra y la nuez de California y de la avellana de Turquía, que amenazan la supervivencia de nuestras variedades, que son de mucha más calidad.
Pedro García, responsable de Frutos Secos de COAG anima a las Administraciones a que «asuman su responsabilidad y velen por este patrimonio agrario, histórico y cultural; en estos tiempos en los que el criterio de rentabilidad económica se impone en terrenos impropios, hay que recordar que la rentabilidad no ha de ser un criterio únicamente economicista; nuestro medio ambiente, nuestros pueblos, nuestros paisajes, nuestras tradiciones y nuestra gastronomía son muy rentables para la sociedad, aunque los números no lo entiendan»
COAG