Nota de COAG
La última oferta presupuestaria de la Presidencia Británica, conocida el pasado jueves, no va en la buena dirección, al menos en lo que respecta a la agricultura y el desarrollo rural. Para el sector agrario no sería comprensible que se aceptara una propuesta que recorta en más de 12.000 millones de euros los fondos para el desarrollo rural, cuando este programa es una de las prioridades de la Unión Europea. Resulta un engaño a los agricultores y la opinión pública hablar de potenciar el desarrollo rural y a continuación hacer justamente lo contrario.
Tampoco resulta aceptable la preasignación de parte de los fondos del desarrollo rural a Austria, Finlandia, Irlanda, Portugal y Grecia; es algo que no tiene precedentes. No se pueden negociar concesiones con los fondos que corresponden al medio rural europeo en su conjunto.
Para compensar este descenso de los fondos destinados al desarrollo rural, Blair propone a los Estados Miembros incrementar los techos de la modulación o recorte hasta el 20%. En concreto, se necesitaría elevar la modulación del 5% actual hasta un mínimo del 10% para compensar este descenso. En el caso español, esta propuesta resulta funesta para la agricultura, pues supone asumir un descenso real de las ayudas en un momento de grave crisis en el sector debido al descenso de los precios agrarios y el incremento de los costes de producción. El Estado Español, segundo perceptor de ayudas de la PAC, dejaría de ingresar por este concepto durante todo el período cerca de 1.800 millones €.
El Presidente Zapatero debe rechazar un acuerdo que rompe lo acordado para la agricultura en Bruselas en 2002 y que resulta inasumible para el campo español. Cambiar agricultura por prorrogas del Fondo de Cohesión no es el buen camino negociador que debe seguir nuestro Gobierno.
COAG