Aunque mejora levemente la propuesta inicial de la Comisión de julio de 2007, la nueva OCM sigue manteniendo la liberalización de plantaciones, la transferencia de fondos a desarrollo rural, la chaptalización (añadido de azúcar al vino de forma artificial) y una importante reducción del presupuesto histórico asignado a España, aspectos que perjudican seriamente los intereses de nuestros agricultores.
Aunque se ha retrasado su puesta en marcha a 2015, la liberalización de plantaciones impide cualquier tipo de control sobre las producciones y amenaza el patrimonio vitícola de 200.000 viticultores profesionales en nuestro país. Las transferencias de presupuesto hacia medidas de Desarrollo Rural no garantizan la igualdad de oportunidades para los viticultores de todas las regiones vitícolas al ser necesaria su cofinanciación por las administraciones nacionales y regionales y dificulta su aplicación directa en el sector. Por su parte la chaptalización, aparte de ser una práctica artificial, ajena al proceso natural de elaboración de los vinos de calidad, limita la utilización de buena parte de nuestra producción de uva mediante su transformación en mosto para el enriquecimiento de vinos comunitarios.
En síntesis, se puede decir que es una reforma engañosa, porque en el reparto de fondos se ha utilizado como criterio la producción y la superficie en lugar del histórico, tal y como se ha hecho en otros sectores reformados. Es, además, una reforma contradictoria porque por un lado se primará el arranque de viñedo para luego poner en marcha la liberalización de plantaciones y es una reforma antisocial porque no mejorará la renta de los viticultores y eso influirá negativamente en muchas regiones que dependen económica, social y medioambientalmente de este cultivo.
Para COAG Murcia, el objetivo fundamental de la OCM debe ser el mantenimiento y mejora de la renta del productor, preservar el modelo vitivinícola comunitario y ofrecer unos productos de calidad a los consumidores. Objetivos que no se conseguirán con una OCM pensada exclusivamente para grandes grupos industriales vitivinícolas. Por ello, instamos al Ministerio de Agricultura a que, en el desarrollo nacional de la OCM, priorice los apoyos al agricultor profesional para asegurar la viabilidad de las explotaciones familiares vitícolas, que son las que son las que más están sufriendo la crisis de precios de la uva y el aumento de los costes.
COAG Murcia