COAG OFRECE UN PLAN DE CHOQUE QUE GARANTICE LA ERRADICACIÓN DE LA CRISIS DE LAS VACAS LOCAS

La actual crisis del mal de las «vacas locas» tiene una causa primera: la actual Política Agraria Común, que ha fomento una Modelo de Producción Industrial que favorece la producción a bajo costo. Si no queremos que en el futuro se repitan episodios similares que pongan en peligro la salud pública, debemos mejorar los criterios vigentes que rigen la producción agraria.

COAG rechaza la actual posición del comisario de agricultura Franz Fischler, ratificada por el Consejo de Ministros de Agricultura de la UE, de no aumentar el presupuesto agrícola para en el periodo 2001-2006, y no afrontar con todas las consecuencias el problema de la EEB; ya que la seguridad alimentaria de los consumidores europeos, y la propia continuidad del sector, requieren necesariamente un esfuerzo presupuestario similar a la dimensión del problema al que nos enfrentamos.

Ante la ya inevitable crisis de las vacas locas, COAG propone una serie de medidas enmarcadas en dos vertientes: económica y sanitaria.

COAG propone como MEDIDAS SANITARIAS las siguientes:

  • Planes de investigación de las encefalopatías espongiformes transmisibles dado que el grado de conocimiento de esta enfermedad no es suficiente. Las líneas de investigación deberían ir dirigidas, principalmente, a la prevención y la detección precoz.

  • Controles sanitarios adicionales, desde la granja hasta el consumidor, que den plena confianza sobre la salubridad de carne que entra en la cadena de alimentación humana.

  • Adelanto del etiquetado obligatoria previsto para el año 2002, que permita una trazabilidad a la carne, para así aumentar la confianza de los consumidores.

  • Un etiquetado positivo de los piensos para que el ganadero, en todo momento, conozca las materias primas que entran a formar parte de la alimentación que da a sus animales, y así tener absoluta garantía de que la alimentación de sus reses es la correcta.

  • Campañas informativas al consumidor. No solamente para fomentar el consumo de carne; si no para que el consumidor esté perfectamente informado sobre el problema de la enfermedad de las «vacas locas» y de los riesgos reales, que son prácticamente nulos, en el consumo de carne. Es necesario que se ponga en marcha un contrato entre el agricultor y la sociedad, donde al menos se le reconozca su labor de producción de alimentos de calidad y la seguridad que aporta al consumidor, algo que tiene que ser remunerado de forma adecuada.

  • Aplicación efectiva de los tests a los animales mayores de 30 meses que pasen a la cadena de alimentación humana. Además debe existir una actuación coordinada entre todas las Administraciones Públicas, que doten de las medidas necesarias para controlar esta enfermedad a través de una red de laboratorios adecuados y suficientes, que permitan realizar las muestras exigidas de forma fiable y rápida.

  • Retirada de los MER ( Materiales Específicos de Riesgo) en matadero de forma que esto no suponga un coste para el ganadero que es el primer perjudicado económicamente. Una actuación adecuada del Ministerio de Agricultura y las Administraciones Autonómicas, ya que estamos ante un problema de salud pública y, el Estado es el que tiene que soportar estos costes.

  • Dicha actuación entre el Ministerio de Agricultura y las Administraciones autonómicas deben tener la eficacia prevista, porque, a día de hoy, se registran deficiencias estructurales que impiden la correcta aplicación de estas medidas en vigor.

  • La prohibición permanente del uso de las harinas de origen animal en la alimentación de cualquier especie animal. Esto conlleva la concrección de una política que incentive el cultivo de oleaginosas, proteaginosas y forrajes en el Estado español y en la Unión Europea para hacer frente a la demanda de proteína de origen vegetal, y así garantizar una optima alimentación de nuestra cabaña.

Las medidas a tomar se deben basar en la aplicación del principio de precaución, que es lo que COAG había estado exigiendo desde el comienzo de esta crisis, esto es, tener la seguridad absoluta de que los productos cumplen todas las garantías de salubridad antes de que pasen a la cadena alimentaria humana.

 

DESDE EL PUNTO DE VISTA ECONÓMICO, la enfermedad de las «vacas locas» esta causando en el ganadero un perjuicio económico enorme. Las medidas que deben ser tenidas en cuenta son:

  • Intervención Pública de todas las categorías y clases de canales: El problema ya no esta sólo en el hundimiento de los precios, sino en la imposibilidad del ganadero para poder vender sus reses. Esta situación requiere de una Intervención Pública correcta que se haga cargo de estos animales para desahogo de toda la cadena. COAG demanda una Intervención Pública sin ninguna limitación, para todas las calidades y categorías de animales con un precio de referencia que sea de 500 pts/kg canal.

  • Indemnizaciones adecuadas al valor real del animal: Las indemnizaciones a las que los ganaderos deben tener derecho es aquella que sea el precio real de mercado de la sustitución de esos animales por unos nuevos de la misma edad y condición para poder seguir ejerciendo la profesión. Además en el vacío sanitario se debe tener en cuenta el cese de la producción de forma temporal (lucro cesante) e indemnizar por esto al ganadero. Otro punto muy importante es el tiempo que tarda el ganadero en percibir esta indemnización que en ningún caso debe exceder de 15 días desde que se le diagnóstico la enfermedad en su ganadería.

  • Ayudas económicas directas al ganadero por la pérdida de renta: Desde COAG estas ayudas directas se deben aplicar a todo la cabaña bovina del Estado español (animales de cebo, vacas nodrizas y vacas de leche). COAG exige que estas medidas estén moduladas, estableciendose como cuantía la indemnización de 40.000 pesetas por animal con un tope que podría situarse en 4 millones de pesetas por explotación.

  • Medidas fiscales y financieras: Ante la continuada perdida de renta y la incertidumbre del sector se deben adoptar medidas fiscales inmediatas. COAG propone 0% para los módulos del IRPF para el año 2000 y exención de las cotizaciones a la Seguridad Social para el 2001, así como el establecimiento de créditos a corto y largo plazo a un interés del 0% para el conjunto de la explotaciones bovinas.

COAG

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