La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) propondrá a la UNESCO que las abejas y la apicultura sean declaradas patrimonio de la humanidad por su vital contribución al mantenimiento de la biodiversidad y al equilibrio natural del planeta.
Así lo ha manifestado esta mañana en Madrid el Secretario General de COAG, Miguel López, en un acto que ha supuesto el inicio de una campaña de sensibilización que recorrerá todas las Comunidades Autónomas para recabar el mayor número de apoyos posibles de instituciones y ciudadanos, que en el día de hoy han podido disfrutar de una completa exposición apícola y del obsequio de 6.000 tarritos de miel.
Para ilustrar los beneficios, sociales, económicos y medioambientales que aportan las abejas y la apicultura, el máximo responsable de COAG ha señalado que el 76% de la producción de alimentos y 84% de las especies de plantas dependen de la polinización que realizan las abejas. “La polinización contribuye directamente en la regeneración de ecosistemas y en la conservación de especies amenazadas (vegetales y animales), favoreciendo así la fructificación y la producción de semillas de especies cultivadas y silvestres. En España el beneficio en polinización, sólo en el sector agrario, se estima que supera los 4.000 millones de euros anuales. En todo el mundo, ese beneficio se estima que superaría los 150.000 millones de euros al año”, ha argumentado López.
Por su parte, el responsable del sector apícola de COAG, Jose Luís González, ha recordado que en la actualidad existe un preocupante déficit de polinización como consecuencia del denominado “síndrome de despoblamiento apícola” que provoca en todo el mundo la muerte de millones de colmenas al año. “A todo ello se une que la apicultura profesional está en la cuerda floja al límite de la rentabilidad, inmersa en una grave crisis de precios, asfixiada por problemas sanitarios y el impacto de las importaciones sin control de terceros países”, ha indicado González.
Los responsables de COAG han lamentado que, a pesar de las consecuencias que esta situación puede tener para el conjunto de la sociedad, no preocupe en demasía a los responsables políticos. En este sentido, COAG ha reclamado al Gobierno y a la UE que sectores como el apícola no se queden fuera de los apoyos de la nueva Política Agraria Común a partir de 2014, puesto que, por lo expuesto anteriormente, responde perfectamente a los retos que debe afrontar la nueva política comunitaria: pérdida de la biodiversidad, mantenimiento del medio ambiente, cambio climático, seguridad alimentaria, etc…
COAG