Para recibir esta ayuda, el agricultor debe adquirir semilla certificada de lo contrario no puede percibir la compensación económica. Esta filosofía, (desacoplamiento total con la excepción del trigo duro), favorece a las casas de semillas, que aseguran la venta de sus semillas certificadas, pero puede perjudicar al agricultor ya que, en general, estas semillas tienen un precio más elevado.
La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) apuesta por el máximo acoplamiento posible de las ayudas en el sector de los cultivos herbáceos, sin ningún tipo de excepción. Dentro del debate de medidas legislativas a modificar dentro del denominado “chequeo” de la PAC, uno de los temas que causa gran controversia es la del desacoplamiento y en especial en el sector de los cultivos herbáceos. Algunas voces del sector abogan por el desacoplamiento total de las ayudas en herbáceos aunque manteniendo la ayuda acoplada para la calidad del trigo duro.
Para recibir esta ayuda, el agricultor debe adquirir semilla certificada de lo contrario no puede percibir la compensación económica. Esta filosofía, (desacoplamiento total con la excepción del trigo duro), favorece a las casas de semillas, que aseguran la venta de sus semillas certificadas, pero puede perjudicar al agricultor ya que, en general, estas semillas tienen un precio más elevado.
El precio de la semilla certificada se ha visto incrementado durante la última campaña, llegando en ocasiones a duplicar el precio pagado al agricultor por su producción cerealística. Una única ayuda acoplada para calidad de trigo duro, cuyo valor alcanza en la actualidad los 40 €/ha, no favorece e incentiva la producción puesto que no supone un valor muy alto comparado con los elevados costes de producción. Además, hay que considerar que los costes de producción en el último año se han visto fuertemente incrementados mientras que el precio pagado por el cereal ha ido en declive, provocando una bajada sustancial de la rentabilidad del cultivo.
Dentro del debate sobre el “chequeo” de la PAC en el sector de los herbáceos, COAG ha defendido el mantenimiento del sistema de intervención para todos los cereales, no sólo en trigo blando, por el periodo establecido en un primer momento (de noviembre a mayo) y se ha opuesto a la introducción del sistema de licitación para la compra del cereal en intervención.
A nivel global, COAG ha apostado por el acoplamiento máximo de las ayudas, sin excepciones, o lo que es lo mismo, que las ayudas vayan ligadas al hecho de producir para garantizar unas rentas dignas a los agricultores profesionales (ATPs), un correcto abastecimiento del mercado nacional, la soberanía alimentaria a nivel europeo, evitar las fluctuaciones de precios y el abandono de la actividad. Frente a la idea del desacoplamiento, es necesaria una apuesta fuerte de las administraciones públicas en defensa de un modelo social, sostenible y profesional de agricultura.
COAG