Muchos de los cultivos que se producen en la provincia de Almería (tomate, pimiento, sandía, melón, calabacín, pepino, judía y berenjena) tienen asociada una problemática fitosanitaria que supone una parte importante de los costes de producción. Algunos de los problemas más serios los originan las larvas.
Sin embargo, hoy día, no existe ningún producto comercial biológico efectivo en el control de este insecto, por lo que los productores almerienses recurrieron a la experiencia de este grupo de investigación que ha desarrollado para Coexphal-Faeca un bioinsecticida que, tras los ensayos, ha demostrado ser más eficiente en el control de la plaga que los plaguicidas químicos y evitar problemas que éstos últimos conllevan.
Primero, los niveles de residuos de plaguicidas deben ser mantenidos por debajo de unos límites máximos, de acuerdo con las regulaciones establecidas para frutas y hortalizas, tanto en España como en países importadores.
Segundo, es compatible con la utilización de agentes de control biológico para combatir otras plagas como la blanca o el trips, por ejemplo.
El desarrollo de los bioinsecticidas ha provocado cada vez un mayor interés en los agricultores y en las empresas ya que los plaguicidas producen efectos nocivos sobre la salud y la calidad del medio ambiente.
En concreto, los bioinsecticidas son agentes de control biológico ideales para su inclusión en programas de control integrado. Además, su acción insecticida es útil contra aquellas especies fitófagas que han desarrollado resistencia múltiple a los plaguicidas químicos
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