Más de un 50 por ciento es lo que se ha encarecido el precio de gasóleo agrícola en el último año. Si en mayo de 2007 se pagaba a 0,63 euros el litro, hoy cuesta algo más de 0,95 euros, siendo ésta la cotización más baja en surtidor y cooperativa.
Esta espectacular subida, sumada a la del resto de derivados del petróleo (fertilizantes, plásticos, envases…) pone en serias dificultades las viabilidad de las explotaciones agrarias. Por ello, desde ASAJA, reclamamos la inmediata puesta en marcha de medidas de choque para paliar la escalada imparable de precios.
Hace ya un mes que ASAJA se dirigió a los responsables del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino y solicitó medidas urgentes para hacer frente a las subidas del precio de gasóleo agrícola. A día de hoy, no sólo no conocemos estas medidas sino que, además, la situación es ya insostenible. En este sentido, debemos recordar que ASAJA lleva años solicitando la adopción de un gasóleo profesional, que debe pasar, sin lugar a dudas, por una reducción fiscal de los impuestos que gravan el gasóleo de uso agrario.
En la actualidad, los impuestos indirectos que inciden sobre el precio final del gasóleo que adquieren los agricultores son tres: el Impuesto especial sobre Hidrocarburos y el Impuesto sobre Ventas Minoristas de Determinados Hidrocarburos, ambos de carácter específico, y el Impuesto sobre el Valor Añadido del 16 por 100, que se aplica sobre el precio incrementado por los impuestos anteriores. Estos tres impuestos representan el 25,5 por 100 del precio final del gasóleo agrario.
En opinión de ASAJA, hay todavía margen real para reducir la cuña fiscal sin contravenir las disposiciones comunitarias. La legislación europea permite la reducción de los impuestos especiales sobre el gasóleo agrario (en el caso de España, Hidrocarburos y Ventas Minoristas de Determinados Hidrocarburos) hasta 21 euros/1000 litros como disfrutan varios países de la Unión Europea (Francia, Finlandia, Irlanda, Reino Unido, Holanda, Bélgica o Luxemburgo), los cuales tienen el Impuesto Especial de Hidrocarburos reducido e incluso exento, en algunos casos, al igual que ocurre con el sector pesquero en España.
Otra de las medidas posibles sería aplicar al gasóleo un tipo de IVA reducido del 7 por 100, del que disfrutan ya otros suministros de bienes y servicios utilizados para la producción agraria, medida ésta solicitada por Francia a la Unión Europea. De aplicarse la fiscalidad mínima permitida, el peso de ésta sobre el precio final del gasóleo agrario se reduciría al 17 por 100 y se lograría una disminución adicional del precio que soportan los agricultores del 38 por 100.
Por otro lado, y en lo referente a las medidas que puede adoptar el Gobierno español, en relación con la fiscalidad directa que soportan los agricultores y ganaderos a través del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas, ASAJA solicita que se vuelvan a instaurar las medidas aplicadas por el Gobierno en el año 2000 y que consistían en: deducción del 35 por 100 de los gastos del gasóleo, deducción de hasta el 15 por 100 de los gastos en fertilizantes y plásticos y rebaja, a dos años, del plazo de amortización de maquinaria. Igualmente, deberían adoptarse recortes generales del 2 por 100 en los índices o módulos de rendimiento neto de las actividades agrícolas y ganaderas, así como el incremento al 10 por 100 de la deducción por gastos de difícil justificación (que es del 5 por 100 en el régimen de estimación directa).
En suma, ASAJA solicita a los responsables del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino y a los del Ministerio de Economía y Hacienda, la puesta en marcha, con carácter inmediato, de un conjunto de medidas efectivas para hacer frente a la crisis por la que atraviesa el sector agrario como consecuencia de la subida de los precios del gasóleo. De no ser así, los órganos de gobierno de ASAJA se reunirán en los próximos días para convocar una campaña de movilizaciones en todo el país.
ASAJA-Ciudad Real