El proyecto pretende introducir genes de resistencia, disponibles en otra variedad o incluso en materiales silvestres, en el fondo genético de variedades tradicionales como el tomate y el melón. De esta forma, se consigue que las variedades tradicionales mantengan las características intrínsecas de su tipología y presenten resistencia a los estreses bióticos limitantes del cultivo.
La globalización de la agricultura y los intercambios comerciales han traído como consecuencia la introducción de nuevas plagas y agentes patógenos en la Comunidad Valenciana, con lo que las variedades tradicionales son susceptibles a la mayoría de enfermedades introducidas en las últimas décadas en su área de cultivo. En muchos casos, este tipo de enfermedades ha limitado el cultivo y ha propiciado su sustitución por variedades procedentes de otros orígenes.
La introducción de resistencia en las variedades tradicionales se realizará por técnicas de mejora convencionales, es decir, a través de métodos como el retrocruzamiento, donde después de varias generaciones de cruzamientos y selección es posible introducir genes de resistencia en el fondo genético de las variedades tradicionales.
Un problema de este tipo de programas es que en los procesos de selección es necesario llevar a cabo inoculaciones con los patógenos frente a los que se pretende obtener resistencia. Una solución a este problema es la selección asistida por marcadores moleculares asociados a los genes de resistencia que se pretenden introgresar.
La introducción de genes de resistencia a las principales enfermedades haría posible el cultivo comercial de las variedades tradicionales en cultivos hortícolas, en las condiciones que se dan en la Comunidad Valenciana.
Generalitat Valenciana