Llegado noviembre se inicia en la comarca de l’Horta Nord la actividad de recolección de la chufa, que se extenderá hasta más allá del mes de febrero. Este año, las inmejorables condiciones climatológicas, con ausencia de lluvias destacables durante este mes, han favorecido que la recolección se esté desarrollando a un buen ritmo.
Esta campaña la superficie dedicada al cultivo de la chufa ha disminuido considerablemente, debido a las lluvias de la primavera que dificultaron su plantación en la época óptima y por el descenso del precio percibido por los agricultores la pasada campaña. Esta situación ha dado lugar a un ligero repunte en las primeras cotizaciones que se están dando en el campo y que oscilan entre 42 y 50 céntimos por Kilo de chufa tierna, frente a los 36 céntimos de la temporada anterior.
Las previsiones del Consejo Regulador son de una producción que rondará los 6,5 millones de kilos de chufa tierna en las 4100 hanegadas (342 hectáreas) que se han destinado a su cultivo. De esta producción, más del 90 % estará amparada por la denominación de origen Chufa de Valencia.
Los análisis y el seguimiento sobre la chufa de Valencia que ha realizado el Consejo Regulador sobre las primeras partidas recolectadas, han puesto de manifiesto su gran calidad y un muy buen tamaño, tal y como viene siendo habitual.
Para Antonio Gimeno, presidente del Consejo Regulador “la denominación de origen es una herramienta fundamental con la que cuenta el sector para proteger, promocionar y distinguir la chufa de Valencia, de chufas de países terceros cuya calidad y sabor son muy inferiores” Asimismo anima al consumidor a que busque y demande el logotipo de la Denominación de Origen en la horchata que consuma, única garantía de que se ha elaborado con chufa valenciana. “La apuesta por este sello de garantía es, además, una apuesta por mantener la agricultura y el entorno medioambiental de la zona en la que se produce” asegura Gimeno.
La chufa se cultiva en 16 términos municipales de la comarca valenciana de l’Horta Nord, ya que en ellos se dan unas condiciones climáticas y de suelo determinantes, que la convierten en la única zona de Europa en la que se produce este singular tubérculo.
Asimismo, junto con la recolección de la chufa, se inicia su secado, proceso artesanal, lento (nunca es inferior a 3 meses) y cuidadoso, mediante el cual el tubérculo pierde el 40 % de humedad y que confiere a la Chufa de Valencia la calidad y sabor que la distingue.
Europa Press