Las formas y métodos para combatir las prácticas forestales ilegales han sido el tema central de la discusión entre expertos internacionales, que se reunieron la semana pasada en la sede central de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) en Roma, para analizar políticas que permitan una mejor aplicación de las leyes en el sector forestal.
Según Hosny El-Lakany, Subdirector General de la FAO para el Departamento de Montes, «el objetivo mundial de ordenación de los bosques, de forma compatible con su capacidad de renovación y de mantenimiento de sus bienes y servicios, se ve cada vez más amenazado por la vasta difusión de una serie de actos ilegales».
Alrededor de 30 expertos internacionales han identificado una larga lista de delitos forestales, que van desde la corrupción en el sector de las concesiones madereras a la elaboración y el comercio ilegal de productos forestales en todo el mundo.
Entre los participantes se encontraban expertos del Banco Mundial y de la Organización Internacional de las Maderas Tropicales, organizaciones no gubernamentales que se dedican a la promoción de la silvicultura sostenible y a la lucha contra las actividades ilegales en todo el mundo como Global Witness, Greenpeace, Transparency International, Fondo Mundial para la Naturaleza; grupos de expertos como el World Resources Institute and Forest Trends así como la industria privada del sector forestal. Por primera vez en una reunión, representantes de una gama de intereses tan variados como los del sector gubernamental, no gubernamental y privado han discutido sobre el impacto de los delitos forestales y las formas posibles de controlarlos.
El informe de la FAO sobre la situación de los bosques en el mundo, (SOFO 2001) llama la atención sobre la difusión de estos delitos en todo el mundo. En su discurso de apertura El-Lakany afirmó: «En muchos países con gran riqueza forestal, la mayor parte de la tala es ilegal como lo es un amplio porcentaje del comercio y la producción industrial. Este hecho no solamente pone en peligro la sostenibilidad de los recursos forestales sino que provoca también desastres ambientales y repercute, sobre todo, en las categorías más pobres. Los actos ilegales y la corrupción privan a los gobiernos de los ingresos necesarios, y este fenómeno degenera a menudo en un círculo vicioso que se traduce en tierras baldías y destrucción de los bosques.»
Durante la reunión, que ha durado tres días, los participantes han analizado una serie de políticas alternativas capaces de ofrecer las mayores oportunidades de éxito en la lucha contra las prácticas forestales ilegales y han explorado el papel de cada una de las partes encargadas de su realización.
Se han estudiado también los lazos entre los países consumidores y productores llegando a la conclusión de que la responsabilidad de las actividades ilegales no es patrimonio exclusivo de estos últimos. Los expertos han apurado además que una serie de iniciativas internacionales, como el seguimiento tecnológico de la madera (log-tracking), supondrían una aportación importante al objetivo de combatir los delitos forestales, sobre todo si pudieran armonizarse según esquemas sobre los que existiera un acuerdo común y que implicasen a las partes interesadas. Las estructuras bilaterales y regionales pueden demostrarse más eficaces a corto plazo, de cara a un futuro acuerdo mundial a largo plazo.
Por último, los expertos subrayaron la importancia de intensificar los esfuerzos para la difusión de la información, la transparencia y la sensibilización de la opinión pública para fomentar así el respaldo a las políticas de reformas difíciles que puedan ser necesarias.
FAO