Comunidad Valenciana: Ramón-Llin inauguró las III Jornadas de Jóvenes Agricultores de AVA

La consellera de Agricultura, Mª Àngels Ramón-Llin, fue la encargada de inaugurar las III Jornadas de Jóvenes Agricultores organizadas por la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) en las que se analizaba, junto a más de 200 jóvenes agricultores de la organización agraria, las ventajas que reporta el estar agrupado en una organización agraria, tanto desde el punto de vista productivo, como comercial y profesional.

En ese sentido, Ramón-Llin explicó que en el contexto de reestructuración por el que atraviesa el mundo rural, influenciado por los procesos de globalización, "se generan nuevas perspectivas de empleo como el agroturismo, la industria tradicional o la artesanía, donde el joven agricultor o ganadero juega un papel importante y básico en la revitalización y dinamización de esas funciones que la sociedad cada vez más demanda".

La titular de Agricultura apuntó que desde la Conselleria se han establecido unas líneas de ayuda en consonancia a la política de desarrollo rural de la Unión Europea que promueve la incorporación de los jóvenes a la agricultura. "En virtud de la Orden de 20 de diciembre de 2001 los jóvenes menores de 40 años pueden recibir ayudas para su primera instalación en concepto de subvenciones a fondo perdido y bonificaciones del tipo de interés", puntualizó Ramón-Llin.

En concreto, desde 1995 se han concedido ayudas a la primera instalación a 2.126 jóvenes agricultores valencianos lo que ha significado una subvención de 39,8 millones de euros (unos 6.222 millones de pesetas),con una inversión inducida de 195,5 millones de euros. En 2001, el número de jóvenes agricultores beneficiados ascendió a 186 a los que se han concedido unas subvenciones por valor de 4,14 millones de euros (unos 689 millones de pesetas), según datos de la Conselleria de Agricultura.

Por su parte, el presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado, refiriéndose a los más de 200 jóvenes agricultores que habían congregados, les recordó la enorme responsabilidad que tienen puesto que "de vosotros depende conseguir una agricultura que nos permita a los agricultores vivir con la necesaria dignidad".

Tras pasar revista a los múltiples problemas que asolan el campo valenciano, Aguado señaló el doble protagonismo que deben asumir los jóvenes agricultores valencianos. "Para conseguir el modelo de agricultura que todos queremos, tenemos que movilizarnos y defender los intereses del sector agrario valenciano, pero, además, tenemos que ser capaces de sacar adelante nuestras explotaciones agrarias con la garantía mínima de la rentabilidad", añadió.

Las jornadas se enmarcan en los actos conmemorativos del 25 Aniversario de AVA-ASAJA y, en ese sentido, el dirigente agrario quiso arrancarles el compromiso de involucrarse y participar en el proyecto reivindicativo de la organización que a partir de este año contará con una nueva sede social en la que se ofrecerán más y mejores servicios.

El director del Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA), Florentino Juste, hizo un análisis de los costes de producción según el nivel de mecanización y tamaño de la explotación citrícola, donde destacó que la adecuación de las plantaciones a una mecanización puede reducir las necesidades de mano de obra en un 50%.

Asimismo, los costes totales en las explotaciones mecanizadas se podrían reducir en un 30-35%, sobre todo, en los tratamientos fitosanitarios y el manejo del suelo. "Una adecuada distancia entre las calles de la plantación para facilitar la mecanización de las diferentes operaciones de cultivo puede considerarse como el factor más importante para conseguir una reducción de costes de producción", concluyó Juste, para quien la futura competitividad de las explotaciones citrícolas valencianas pasa por conseguir producir por debajo de las 15 pts/kg.

Ante la crisis citrícola provocada por el veto impuesto por los EE.UU. a la importación de clementinas españolas, los jóvenes de AVA se interesaron por los posibles proyectos de investigación del IVIA en el control de la mosca de la fruta, a lo que Juste respondió que en los próximos tres meses presentarán al Ministerio de Ciencia y Tecnología un proyecto global destinado a frenar la proliferación de esta plaga en las explotaciones citrícolas valencianas. Refiriéndose también al asociacionismo productivo agrario, Manuel Planells, joven agricultor y secretario de la Comunidad de Regantes del Canal de Riego Turia, explicó la experiencia pionera iniciada en 1999 en Alfafar de agrupar parcelas para el cultivo en común del arroz. "Desde entonces hemos conseguido una reducción en los costes de maquinaria del 17%, así como una merma sustancial en los costes de mano de obra y compra de productos para los 125 agricultores propietarios de las 1.731 hanegadas agrupadas".

El objetivo es el de unificar la gestión y crear una sola explotación para obtener un mayor rendimiento de la maquinaria, ganar terreno cultivable al eliminar los márgenes que separan las parcelas, ahorrar agua, mano de obra y consumo de productos fitosanitarios. En definitiva, "el fin del cultivo en común es la reducción de costes mediante la optimización de los medios de producción: estructurales, materiales y humanos", concluyó Planells.

El asociacionismo comercial agrario fue tratado por el jefe del Servicio de Industrias Agroalimentarias, José Miguel Ferrer, quien
concluyó que el reto de la comercialización asociativa no está tanto en la necesidad de su conveniencia como en la consecución de unos niveles de rentabilidad que hagan más atractiva la fórmula para el productor agrario.

"El asociacionismo de comercialización es la fórmula mediante la que el productor agrario puede ir más allá de la mera producción y participar del valor añadido de la comercialización de sus productos. Si no se organiza y se agrupa con otros como él, por las propias características de la producción y del propio productor, estará en desventaja a la hora de vender, porque la parte que compra siempre está mejor y más organizada", explicó Ferrer.

El presidente de la Asociación Agraria Jóvenes Agricultores (ASAJA), Pedro Barato, repasó los distintos acontecimientos que durante los 25 años transcurridos han marcado el devenir del asociacionismo agrario español, destacando la reorientación administrativa del territorio español a través de las comunidades autónomas y la entrada de España en la UE, en los que la organización agraria ha demostrado tanto su talante negociador como movilizador.

Barato destacó la importancia de la ampliación de la UE como potencial mercado para los productos hortofrutícolas valencianos, amenazados por la liberalización comercial del Eje Euromediterráneo y discriminados presupuestariamente en Europa frente a la agricultura continental, ya que sólo recibe el 5% de sus fondos pese a representar el 20% de la Producción Final Agraria comunitaria.

Finalmente, tanto el presidente de la sectorial de Jóvenes Agricultores de AVA, José Vicente Añón, como el joven agricultor y delegado de AVA en Benavites, Héctor Santaeulalia, destacaron la importancia de pertenecer a una organización agraria, reconociendo que sólo la unión de todos los agricultores puede hacer posible la defensa de los intereses agrarios.

Ava

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