El pueblo de Galicia ha demostrado al mundo que puede superar el desastre de la marea negra en sus playas y su mar. Hace solamente un año, el futuro se presentaba sombrío: el petróleo del Prestige contaminaba el medio ambiente y la actividad de los sectores de la pesca y la acuicultura estaba interrumpida. Lo que es peor: los científicos advirtieron que varias poblaciones importantes se encontraban a punto de agotarse y recomendaron el cierre de algunas pesquerías.
Me alegra poder decir que el panorama es hoy más prometedor. Creo que hemos cerrado un capítulo gracias a la constructiva cooperación de las autoridades comunitarias, nacionales, regionales y locales y, en gran parte, a los esfuerzos del propio sector pesquero.
En primer lugar, asistiremos a la creación de una Agencia de control de la UE. Considero muy apropiado situarla en Vigo. El ejercicio de una pesca sostenible es esencial para el bienestar de Galicia, una de las principales zonas de pesca de la UE en la que se sitúa el puerto pesquero más importante en términos de tránsito de pescado fresco y congelado. La sostenibilidad depende de un control equitativo y correcto de la aplicación de las normas de la PPC. Por eso creo que la creación de una Agencia de control de la UE beneficiará a toda la industria pesquera europea, incluido el sector local.
Las tareas y mandatos de la Agencia se determinarán en estrecha cooperación con los Estados miembros. En la puesta en marcha de la Agencia participarán activamente expertos de los Estados miembros y se contará con la colaboración de los agentes interesados.
El próximo mes de marzo la Comisión quiere presentar una propuesta para la creación de la Agencia que, confiamos, será debatida en el Consejo y el Parlamento Europeo a finales de este año o, de no ser así, lo antes posible. El Consejo de dirección y el Director podrían nombrarse en 2005 y las actividades de la Agencia podrían comenzar en 2006.
Otro importante avance para el sector se produjo en el mes de diciembre cuando el plan de recuperación de las poblaciones de merluza del norte obtuvo la luz verde del Consejo. Es imprescindible abandonar las medidas a corto plazo que han fallado sistemáticamente en la prevención de la sobrepesca y aplicar estrategias a largo plazo para reconstituir y mantener las poblaciones dentro de niveles de seguridad.
La Comisión también ha presentado recientemente una propuesta de plan de recuperación de las poblaciones de merluza del sur y cigalas de la península ibérica. Estas poblaciones se encuentran en pésimas condiciones y las medidas de recuperación deben aplicarse lo antes posible.
Las medidas propuestas permitirán una reducción gradual del esfuerzo pesquero. La población de merluza del sur y las poblaciones de cigalas, de interés para la flota local, conviven juntas hasta tal punto que la Comisión propone para ambas una reducción similar de la mortalidad por pesca, del 10 % anual, que supondrá una reducción del esfuerzo pesquero aproximadamente del mismo orden.
Como esas dos especies se capturan juntas, es fundamental limitar el esfuerzo pesquero. De otro modo, los peces procedentes de la población cuya cuota se haya consumido (por ejemplo, la de merluza) se seguirían capturando hasta que la cuota de la otra población (cigala) se agotase por completo y así serían inútiles todos los esfuerzos de recuperación.
El panorama es también más esperanzador en lo que respecta al Prestige. Tan pronto como se apreció la magnitud del desastre del Prestige, la Comisión intervino para ayudar a los 16.000 pescadores empleados a bordo de los 7.000 buques, así como a los más de 5.000 trabajadores de la industria marisquera.
La Comisión propuso inmediatamente medidas para compensar a los afectados el 19 de diciembre de 2002 y tanto el Consejo como el Parlamento Europeo dieron luz verde a esa propuesta al día siguiente.
Se asignó una compensación a los pescadores, acuicultores y mariscadores que se vieron obligados a interrumpir sus actividades temporalmente. El dinero de la UE contribuyó también a sustituir los artes de pesca dañados, a limpiar, reconstruir y reparar instalaciones de cría de peces y crustáceos y a financiar la repoblación de mejillones.
Ahora esas medidas casi han llegado a su término. La ayuda de la UE asciende a cerca de 95 millones de euros. El hecho de que las actividades hayan vuelto prácticamente a la normalidad supone todo un homenaje para Galicia.
Estos acontecimientos han demostrado la importancia de trabajar juntos. Por eso no escatimaré esfuerzos en nuestro empeño común de garantizar una pesca sostenible para el futuro del sector gallego.
Comisión europea