Nota de AVA
Queda confirmada la alarma dada por la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) este verano por la existencia de cítricos infectados con las enfermedades de cuarentena Guignardia Citricarpa y "cancrosis" en barcos procedentes de Brasil y Argentina y cuyo destino era la Unión Europea, tal y como ha admitido el subdirector general de Sanidad Vegetal del Ministerio de Agricultura (MAPA), Guillermo Artolachipi, al calificar la situación como "enormemente alarmante y altamente preocupante".
Según Artolachipi, 83 envíos con un total de 3.135 toneladas de agrios fueron rechazados por los servicios de inspección españoles, concretamente en los puertos de Barcelona, Algeciras, Castellón, Sagunto y Cartagena, durante este verano. Del total de rechazos, 5 se produjeron por "cancrosis" y 65 por Gignardia . En el caso de Brasil, los rechazos representan casi el 9% de sus exportaciones citrícolas y en el de Argentina más del 6%.
"Estos datos nos dan la razón y desacreditan a aquellos que nos tachaban de alarmistas ante la gran preocupación, más que justificada, que manifestamos a principios de agosto, cuando exigimos al Ministerio y a las autoridades europeas controles fitosanitarios exhaustivos de los cargamentos de cítricos procedentes del Hemisferio Sur", apuntó el presidente de AVA, Cristóbal Aguado, quien consideró que dada la magnitud del problema, según los datos oficiales de rechazos, "aún nuestra alarma se quedó corta, porque no era cuestión de un ‘barco fantasma’, -como calificaron algunos-, sino de numerosos barcos reales".
La organización agraria considera que los datos dados por Artolachipi a la Comisión Permanente de Intercitrus confirman "el ficticio cumplimiento de la normativas europeas en cuanto a producción y exportación de cítricos en esos países y la continuidad del peligro al que estamos expuestos, pues el Ministerio aún no ha comunicado el total de rechazos europeos". Por ello, AVA exige al Gobierno español mayor rigurosidad para la ejecución, en origen, de los protocolos de exportación, a través de la presencia de inspectores comunitarios y concretamente, españoles, por ser los más especializados en citricultura.
"Al igual que los inspectores norteamericanos hacen un seguimiento aquí de nuestras clementinas, nosotros deberíamos controlar in situ los cítricos que vienen a la UE para evitar que seamos un coladero de plagas y enfermedades, sumamente peligrosas que podrían acabar con la citricultura española", reclamó Aguado.
Para AVA, "esto es sólo la punta del iceberg", ya que "si esta situación de rechazos se está dando en España, donde los controles aduaneros son sumamente exhaustivos, en principio, no queremos ni pensar lo que está sucediendo en otros puertos europeos como los de Holanda o Italia, donde existe una menor rigurosidad en las inspecciones y una falta de sensibilidad hacia la agricultura mediterránea, en general", advirtió Aguado.
Así mismo, la organización agraria reclamó una revisión y armonización de los criterios de inspección fitosanitaria en toda la UE, con especial relevancia en los puertos comunitarios "no citrícolas", en los que no existen ni inspectores especializados ni laboratorios de referencia. Para ello, AVA propuso que se fijen puntos obligatorios de entrada en la UE, seleccionados por producciones, que eviten la mundialización de estas plagas.
AVA también criticó al Ministerio de Agricultura por su falta de transparencia y su negativa a la hora de comunicar estos datos, calificados por el propio Artolachipi como "públicos", y que fueron demandados por la organización agraria desde principios del mes de agosto. A este respecto, el Ministerio se comprometió a proporcionar periódicamente dicha información a AVA de cara a la próxima campaña de exportación citrícola de países terceros.
Ava