A fines de 2000, en 15 países del África subsahariana persiste la escasez de alimentos, sobre todo por la sequía y los conflictos civiles. La crisis de alimentos afecta a cerca de 28 millones de personas, mientras que en 1999 afectaba a 19 millones, según un nuevo informe de la FAO.
La situación es más crítica en África Oriental, donde 20 millones de personas seguirán necesitando ayuda alimentaria en 2001.
Eritrea, Etiopía, Kenya y Sudán necesitan grandes volúmenes de importaciones de cereales, sobre todo de ayuda alimentaria, para evitar una hambruna, afirma el último número de la publicación de la FAO: «Situación del suministro de alimentos y perspectivas de los cultivos en el África subsahariana». Publica este informe tres veces al año el Sistema Mundial de Información y Alerta sobre la Agricultura y la Alimentación (SMIA) de la FAO. En Angola, la interrupción de las actividades agrícolas por falta de seguridad durante el crítico periodo de siembra amenaza la ya de por sí precaria situación alimentaria.
En la República Democrática del Congo, el conflicto sostenido sigue obstaculizando las actividades económicas y agrícolas, y el número de personas internamente desplazadas ya asciende a dos millones. La situación de los alimentos para la población desplazada es en extremo apremiante, porque el conflicto sin tregua y la falta de seguridad impiden a los organismos de ayuda humanitaria llegar a las personas desplazadas. La lucha civil también desorganiza la producción de alimentos en Burundi, Sierra Leona y Sudán. Otros países que atraviesan situaciones excepcionales de urgencia alimentaria son la República del Congo, Liberia, Madagascar, Rwanda, Somalia, Tanzania y Uganda.
Debido a la reducción de la producción en muchas zonas, se anticipa que el África subsahariana seguirá necesitando un cuantioso volumen de importaciones de cereales en 2001. Las dificultades financieras persistentes de numerosos de esos países determinan que gran parte de esas importaciones tengan que satisfacerse con ayuda humanitaria, para evitar el sufrimiento y la pérdida de vidas.
FAO